Una pareja de espías rusos fue detenida en Eslovenia, donde habían montado en los últimos años una vida aparentemente normal, que incluía a sus dos pequeños hijos.
El matrimonio formaba parte de un servicio secreto de élite. Hasta el momento se desconocen sus identidades verdaderas.
Una pareja de espías rusos fue detenida en Eslovenia, donde habían montado en los últimos años una vida aparentemente normal, que incluía a sus dos pequeños hijos.
El matrimonio, que decía ser argentino, formaba parte de un servicio secreto ruso de élite, aunque se desconocen sus identidades verdaderas. El arresto se realizó tras una denuncia anónima, mientras que los menores fueron derivados al servicio social de ese país.
La familia vivía en una casa en Ljubliana, la capital eslovena, donde la mujer, María Mayer, tenía una galería de arte online, mientras que su supuesto esposo, Ludwig Gisch, regenteaba una empresa que brindaba software de seguridad.
Los vecinos indicaron que ambos llevaban una vida normal, hablaban inglés y español, al igual que sus supuestos hijos. Según su testimonio habían dejado la Argentina en 2017 por los problemas diarios de inseguridad, de acuerdo a lo que habían comentado.
Ambos trabajaban para el servicio de inteligencia exterior ruso SVR que, a diferencia de los agentes de inteligencia rusos operan sin vínculos visibles con Moscú.
Se habrían instalado en Eslovenia porque está dentro de la zona de Schengen, de libre circulación por Europa, que les permitía viajar para realizar diversas tareas de inteligencia.
Dentro de la vivienda se encontraron grandes sumas de dinero en efectivo, que serían fondos para pagar a agentes o informantes rusos.