Las fuerzas de seguridad interceptaron en las costas del noroeste de España un semisumergible cargado, según una primera estimación, con unos 3.000 kilos de cocaína de gran pureza y procedente de Latinoamérica.
Las fuerzas de seguridad interceptaron en las costas del noroeste de España un semisumergible cargado, según una primera estimación, con unos 3.000 kilos de cocaína de gran pureza y procedente de Latinoamérica.
Dos de los tres tripulantes, de nacionalidad ecuatoriana, fueron detenidos y el otro, español, consiguió huir, informaron este domingo fuentes de la Guardia Civil española, que no precisaron el país de origen.
Los tres habrían cruzado el Atlántico abordo de la embarcación, llegaron a Cabo Verde y subieron hasta Portugal, según medios españoles. Ya a la altura de Lisboa se situaron a 40 millas de la costa para navegar en paralelo hasta España.
Según informó el Faro de Vigo, la tripulación habría decidido en la madrugada del domingo hundir la nave en la ría de Aldán-O Hío, a la altura de Punta Couso, al sentirse descubierta y perseguida por un operativo policial conjunto de Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de Vigilancia Aduanera.
El alijo incautado es uno de los mayores en esta zona de España después del de octubre de 2007, en el que fueron aprehendidos 4.000 kilos de esta sustancia en la llamada “Operación Piraña”
Los investigadores tratan de aclarar si el semisumergible navegó desde Sudamérica hasta España con la droga o bien fue cargada en alta mar.
Según El Periódico, se cree que el lugar desde el que salió el sumergible fue Guyana o Surinam, cerca de la desembocadura del río Orinoco, en Venezuela. Sin embargo, la cocaína procedería de Colombia. Según las fuentes consultadas por el diario español, la embarcación se dirigió inicialmente hacia las islas Azores, “probablemente para recibir combustible en algún punto cercano y seguir con el viaje”. Después se dirigió rumbo a la ría de Ares, cerca de La Coruña.
La nave, de 20 metros de eslora, fue finalmente localizada en la playa de Hio, donde quedó sumergida, en el municipio de Cangas de Morrazo (provincia de Pontevedra).
Llegó a la costa anoche, con mala mar, y transcurrirán varias horas hasta que pueda ser reflotada y se complete el pesaje para obtener la cantidad exacta de cocaína. Se estima que su contenido tenga un valor de más de 100 millones de euros.
Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del Instituto Armado no lograron acceder al interior del sumergible. Fue imposible sacarlo a flote y este lunes está previsto que desde primera hora de la mañana se retomen los trabajos. Este trascendente golpe policial no fue casual. Las fuentes consultadas explican que desde hace tiempo había un operativo conjunto en el que participan el Grupo ECO de la Guardia Civil, el GRECO de la Policía Nacional y el SVA, con apoyo de otros organismos internacionales.
Es un sistema de transporte de droga muy novedoso en Europa, aunque es habitual en América, según las fuentes.
En la operación, que continúa abierta, participan agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y de la Agencia Tributaria.
Otros casos recientes
Si bien es una novedad para Europa, la captura de narcosubmarinos es frecuente en latinoamérica y el Caribe. Los narcotraficantes sudamericanos, especialmente los colombianos, después de utilizar repetidamente aviones y embarcaciones rápidas, recurren también a submarinos más o menos sofisticados para llevar la droga a México y luego a Estados Unidos.
En julio, los guardacostas estadounidenses habían anunciado el decomiso de un total de 13 toneladas de cocaína en varias operaciones exitosas a lo largo de la costa latinoamericana.
En julio la Guardia Costera de EEUU capturó un “narcosubmarino” que en su interior tenía cerca de 7 toneladas de cocaína con un valor de USD 232 millones. La acción fue grabada en un dramático video como parte de un operativo realizado frente a las costas de San Diego, California.
El momento en que la Guardia Costera detuvo un submarino con traficantes de droga en el Pacífico
En septiembre, un submarino que transportaba más de cinco toneladas de cocaína fue interceptado en el océano Pacífico por la Guardia Costera de Estados Unidos.
La nave, un semisumergible autopropulsado (SPS) de 12 metros de largo que había sido detectado por un avión de vigilancia marítima, fue apresado el 1 de setiembre en las aguas internacionales con ayuda de la Armada colombiana. A bordo había, los efectivos descubrieron 5,4 toneladas de cocaína, con un valor de mercado por más de 165 millones de dólares.
Usado por Pablo Escobar
El proprio Pablo Escobar habría sido uno de los primeros en utilizar este medio de trasporte para los cargamentos de droga. El mayor misterio sobre el negocio ilícito que ha suscitado el extinto líder del cártel de Medellín es un supuesto submarino que dos ex agentes de la CIA dijeron haber encontrado. Doug Lax y Ben Smith hicieron una inspección en los mares de Colombia donde ubicaron los restos de la nave que, además, se decía que llevaba oculta una guaca con unos 70 millones de dólares.
La expedición fue televisada por el programa Finding Escobar’s Millions del canal de Discovery UK. En el documental se registra cuando los buzos profesionales encuentran restos de metal de la nave, y una caja que parece ser una batería. Pero nunca hallan el supuesto dinero o la droga que se decía permanecía ahí. Pocos dan crédito a que Escobar realmente haya tenido un submarino.
En el mercado negro internacional es imposible conseguir un submarino, por eso los nuevos capos han optado por fabricarlos con sus propios medios. Así lo ha podido confirmar la Fuerza Pública colombiana, que ya ha incautado naves de este tipo.
En 2017, la Armada de Colombia encontró el primer submarino eléctrico usado para transportar cocaína en la cuenca de los ríos San Juan y Baudó, zona rural del departamento de Chocó, fronterizo con Panamá. Fue una enorme embarcación de 11 metros color verde, que contenía, que gracias a su propulsión eléctrica podía navegar a tres metros bajo la superficie, hasta con tres toneladas de coca. Su construcción, que debió tardar entre cinco y seis meses, costó más de 1,5 millones de dólares según estimaciones de las autoridades.