Renovar el hogar puede desenterrar todo tipo de objetos inesperados, pero el propietario de una vivienda portuguesa descubrió un tesoro oculto a otra escala al tropezar con lo que podrían ser los restos de dinosaurio más grandes de Europa.
Los investigadores creen que es un esqueleto de saurópodo braquiosáurido fosilizado en Monte Agudo, Pombal. Basándose en los restos descubiertos, los investigadores estiman que el dinosaurio tenía unos 12 metros de altura y 25 metros de longitud.
Renovar el hogar puede desenterrar todo tipo de objetos inesperados, pero el propietario de una vivienda portuguesa descubrió un tesoro oculto a otra escala al tropezar con lo que podrían ser los restos de dinosaurio más grandes de Europa.
A principios de agosto, un equipo de investigadores portugueses y españoles exhumó partes de lo que creen que es un esqueleto de saurópodo braquiosáurido fosilizado en Monte Agudo, Pombal, en Portugal, según un comunicado de prensa de la semana pasada.
Los saurópodos, entre los que se encontraban los dinosaurios más grandes del mundo, eran dinosaurios herbívoros reconocidos por sus largos cuellos y colas. Basándose en los restos descubiertos, los investigadores estiman que el dinosaurio tenía unos 12 metros de altura y 25 metros de longitud.
El equipo ha desenterrado hasta ahora partes importantes del esqueleto, como vértebras y costillas.
"No es habitual encontrar todas las costillas de un animal como este, y mucho menos en esta posición, manteniendo su posición anatómica original", dijo Elisabete Malafaia, investigadora posdoctoral de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, en el comunicado.
"Este modo de conservación es relativamente infrecuente en el registro fósil de dinosaurios, en particular de saurópodos, del Jurásico superior portugués".
Los investigadores creen que los restos podrían medir unos 12 metros de altura y 25 metros de longitud. El descubrimiento forma parte de un proyecto en curso, que comenzó en 2017.
En ese año, mientras se realizaban trabajos de construcción en la propiedad, el dueño notó varios fragmentos de huesos fosilizados en su patio trasero, según el comunicado. Se puso en contacto con el equipo de investigación, que comenzó la primera excavación ese año.
Steve Brusatte, paleontólogo y profesor de la Universidad de Edimburgo, Escocia, que no participó en el proyecto, lo calificó de "asombroso: una caja torácica de dinosaurio saliendo del jardín de alguien".
"[Esto demuestra] que es posible encontrarlos en cualquier lugar donde haya rocas de la edad y el tipo adecuados para preservar los huesos del Jurásico, ya sea en las tierras baldías o en el patio trasero de alguien", dijo, añadiendo que el hallazgo de restos de dinosaurios implica casualidad y circunstancias adecuadas. En el terreno seco de las tierras baldías, la erosión del viento y el agua deja al descubierto la roca y la topografía suele ser un foco para los fósiles.
La investigación subraya la importancia del registro fósil de vertebrados en la región portuguesa de Pombal.
Los dinosaurios del grupo Brachiosauridae, al que se cree que pertenece el esqueleto, vivieron entre el Jurásico superior y el Cretácico inferior, hace unos 160 a 100 millones de años, añade el comunicado.