Por más insólito que resulte, la película Barbie de Greta Gerwig, que ya superó los 1.340 millones de dólares de recaudación y se encamina como la más exitosa en la historia de Warner, fue prohibida en Vietnam por un conflicto geopolítico.
Desde su estreno no se permite la reproducción. Un pequeño gráfico desató el enojo dentro de una lucha que involucra a siete países.
Por más insólito que resulte, la película Barbie de Greta Gerwig, que ya superó los 1.340 millones de dólares de recaudación y se encamina como la más exitosa en la historia de Warner, fue prohibida en Vietnam por un conflicto geopolítico.
Si bien, aquellos que visualizaron el film protagonizado por Margot Robbie lo califican como “algo más” que las historias tradicionales de la marca de muñecas en sus versiones animadas, no deja de ser extraña su eliminación de las salas vietnamitas.
El motivo no está ligado a Estados Unidos, sino que todo lo contrario, la molestia recae en un supuesto mensaje a favor de un histórico reclamo que realiza China sobre la soberanía del mar de China Meridional.
Durante un fragmento de la película, detrás de Barbie aparece un planisferio en el que figura un diseño que se identificaría como el “Mapa de las nueve líneas”, mediante el cual los chinos reclaman esta porción oriental del planeta.
Para evitar una posible difusión de un mensaje que va en contra de los intereses vietnamitas o que avalaría indirectamente el de sus vecinos, los más de 97 millones de habitantes del país asiático se quedaron sin la posibilidad de ver uno de los productos audiovisuales del momento.
Sin llegar a este punto, otros cinco países también mantiene reclamos de diferente escala: Filipinas, Malasia, Indonesia, Brunei y Taiwán. Para ahondar en la problemática, El Litoral consultó a la Lic. Rocío Renna, miembro del Observatorio de Política Internacional de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF).
La disputa sobre el control y dominio de este sector se divide en dos grupos de elementos. La misma recae en aguas con distintas categorías como Mar territorial, Zona económica Especial, Plataformas continentales o incluso la Zona Contigua según lo establece la CONVEMAR (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar) adoptada en 1982, pero también sobre pequeñas islas, islotes, arrecifes ya atolones.
Rocío Renna reclama que la complejidad del mismo “radica en que son varios países los que reclaman distintas porciones como parte de su territorio soberano, entre ellos encontramos a Filipinas, Malasia, Vietnam, Indonesia, Brunei, Taiwán y la República Popular China”.
Respecto al interés en la zona, Renna describe: “Si vemos el mapa del sur-este asiático, encontraremos que todas comparten estas “aguas” y porciones de tierra, por lo que el control sobre estas resultan geopolíticamente estratégicos, no sólo por términos comerciales y económicos, sino también por el acceso a recursos naturales como petróleo y gas, e incluso siendo puntos neurálgicos en las vías de navegación y comunicación”.
No habitables
A pesar de su falta de viabilidad para la vida humana, estas islas poseen un significado estratégico y político considerable. Permiten respaldar las reivindicaciones territoriales sobre las aguas circundantes y sus recursos.
La licenciada en Relaciones Internacionales remarca que en dicho mar las disputas se dividen en “dos grandes grupos”: las Islas Spratly y las Islas Paracel.
Sobre las Spratyl, Renna indica que la tensión “comprende el reclamo chino como un factor común, pero añade la controversia entre Vietnam y Filipinas por la mayor parte de las islas, a la cual se suma el reclamo de Malasia y Brunéi sobre el extremo meridional del archipiélago”.
Luego añade: “Esto convierte a las islas Spratly y las aguas adyacentes en un territorio sometido a cinco reclamaciones distintas, estableciendo una situación altamente conflictiva y sensible en la región del Mar de China Meridional”.
En relación a las Paracel, detalla cuáles son los reclamos: “Abarca el conflicto entre Vietnam y China sobre las Islas Paracel y sus aguas adyacentes; la rivalidad entre Filipinas y China en relación al Bajo de Masinloc y la parte oriental de las Islas Spratly; la confrontación entre Indonesia y China por las islas nororientales del archipiélago de las Natuna;incluyendo los enfrentamientos entre Malasia y China, así como entre Brunéi y China, por las aguas contiguas a las costas septentrionales de Borneo”.
Ante esta consulta, Renna expresó: “En la disputa en el Mar de China Meridional, no necesariamente predominan las posturas de China y Vietnam por encima de los otros reclamos en términos de importancia o legitimidad. Cada reclamo tiene sus propias circunstancias históricas, geográficas y políticas que contribuyen a la manera en que se presentan y se perciben en el escenario internacional”.
Luego agrega: “En realidad, en torno a la prioridad en las relaciones exteriores y el alcance mediático que han tenido los reclamos de estos países, sucede que las posturas o reclamos de Beijing y Hanoi son las más conocidas cuando hablamos de los reclamos territoriales en torno al Mar de China Meridional”.
Sobre los elementos que cada país posee para reclamar, describió: “Mientras que China aboga- bajo fundamentos históricos- por defender su postura en torno la famosa línea de los 9 puntos a través de una resolución “bilateral” con cada parte involucrada, Vietnam reclama fundamentándose en la CONVEMAR, abogando por una solución internacional y el multilateralismo”.
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