Martes 21.12.2021
/Última actualización 18:56
El convenio del divorcio entre la princesa Haya de Jordania y el jeque Mohammed bin Rashid al-Maktoum ha batido un récord como el de mayor cuantía acordado por un tribunal británico. El emir de Dubai tendrá que pagar a su exmujer 251.5 millones de libras (cerca de 295 millones de euros) a finales del próximo febrero y 5,6 millones anuales (unos 6,5 millones de euros) a cada uno de sus dos hijos. Un final feliz tras la ardua batalla legal de la princesa, huida de Dubai en mayo de 2019 al temer por su vida y el secuestro de sus hijos.
La justicia británica también ha ordenado al jeque que pague los cuantiosos gastos de la seguridad que necesitan su exmujer y sus hijos. “Dado su estatus y la amenaza general de terrorismo y secuestro que afrontan en consecuencia, son particularmente vulnerables y necesitan un alto nivel de seguridad para continuar a salvo en este país”, dictaminó ayer el juez británico que ha tramitado el caso de divorcio. El juez reconoce que “la principal a la que se enfrentan [la princesa Haya y sus hijos] proviene del propio jeque”, tal y como ya dictaminó el año pasado la justicia británica al considerar probado que Mohammed bin Rashid al-Maktoum orquestó una campaña de intimidación contra su exmujer e intentó llevarse a sus hijos de vuelta a Dubai, como ya hizo con otras de sus hijas, Shamsa y Latifa, retenidas tras intentar huir de él.
De la suma que recibirá Haya de Jordania, 20 millones de libras han sido reconocidos como compensación por las joyas, caballos, coches y prendas de alta costura que dejó atrás al huir de Emiratos Árabes. El jeque también tendrá que pagar casi dos millones de libras para costear una cocina en la residencia de Londres de su ex, la reforma de su estudio de arte, un nuevo garaje habilitado para vehículos de seguridad y unas camas elásticas como las que sus hijos tenían en Dubai.
Aparte, tendrá que costear sus vacaciones de lujo, sus viajes en helicóptero y, en definitiva, todo lo necesario para que mantengan el nivel de vida al que estaban acostumbrados.
“El dinero nunca fue un problema durante el matrimonio”, asegura el juez.