La medalla del último premio Nóbel de la Paz fue subastada este lunes en Nueva York con un fin benéfico. Dmitry Muratov, periodista ruso que recibió el galardón, recaudó la cantidad récord de 103,5 millones de dólares, que irán íntegramente destinados a Unicef para ayudar a los niños ucranianos.
La puja, que fue conducida por la casa Heritage de subastas, duró 20 minutos en los que el precio de la medalla subió de 787.000 dólares hasta los 15 millones, cuando de pronto un comprador anónimo comunicó por teléfono que pagaba 103,5 millones de dólares, poniendo fin a la venta. Además, la casa de remates renunció a cobrar las tasas que se acostumbran en las subastas, por lo que el importe completo irá destinado a Unicef.
Antes de comenzar la puja, subió al estrado y -expresándose en todo momento en ruso- recordó que de los 16 millones de refugiados ucranianos, un 40 % son niños, y que dos tercios de los niños ucranianos han tenido que dejar sus hogares, algo que según él jamás había sucedido en un conflicto en tan poco tiempo.
Puso como ejemplo a un niño ucraniano que se encontró en Rusia y que le pidió dinero “para poder recargar el teléfono para llamar a su mamá en Ucrania”, y pidió a la audiencia que se pusieran por un momento en su lugar.