Donald Trump, que asumirá nuevamente como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero, tuvo una andanada de polémicas declaraciones respecto a posibles expansiones territoriales.
El presidente electo de Estados Unidos realizó amenazantes declaraciones. El mandatario panameño respondió apoyado por la oposición.
Donald Trump, que asumirá nuevamente como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero, tuvo una andanada de polémicas declaraciones respecto a posibles expansiones territoriales.
Lejos de tratarse de los procesos de conquista del norte mexicano en el siglo XIX o del establecimiento de mayores bases militares en el extranjero, el presidente electo el pasado 4 de noviembre habló concretamente de anexar dos nuevos territorios: el canal de Panamá y Groenlandia.
Basándose en un reclamo por “excesivos” impuestos sobre el comercio estadounidense, Trump indicó este sábado que la cesión de la soberanía del canal de Panamá que inició el 1977 durante la presidencia de Jimmy Carter era un error y debían retomar el control.
“Completa estafa” es el término que utilizó el magnate en su plataforma Truth Social para hacer referencia al proceso que se concretó en diciembre de 1999. También indicó que los estadounidenses “han sido tratados de una forma muy injusta e imprudente”.
“Si los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de dar no son correspondidos, entonces procederemos con demandar que el Canal de Panamá nos sea devuelto, por completo y sin ninguna pregunta. A los funcionarios de Panamá, por favor, ¡sean guiados en consecuencia!”, expresó en una de sus publicaciones el 21 de diciembre pasado.
Rápidamente, en un mensaje grabado, el domingo hubo respuesta pública por parte de José Raúl Mulino, presidente de Panamá: "Quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá, y lo seguirá siendo".
"Estos tratados también establecieron la neutralidad permanente del canal, garantizando su funcionamiento abierto y seguro para todas las naciones, tratado que ha obtenido la adhesión de más de 40 Estados", reforzó Mulino en el marco de 25° aniversario del acuerdo y con el apoyo discursivo de líderes de la oposición.
Martín Torrijos, ex presidente e hijo del general Omar Torrijos Herrera, jefe de Estado desde 1968 y extendido bajo dictadura hasta 1981, acompañó: "Como panameño, me sumo al rechazo absoluto de cualquier intento de minimizar o amenazar nuestra soberanía. El canal es panameño, somos sus únicos y legítimos dueños y también es el símbolo de nuestra identidad y dignidad nacional".
En relación a la carga impositiva, el supuesto detonante de la tensión, el mandatario panameño detalló: "Se establecen de manera pública y en audiencia abierta, considerando las condiciones del mercado, la competencia internacional, los costos operativos y las necesidades de mantenimiento de la vía interoceánica".
Fiel a su estilo, Donald jugó el “vale cuatro” y en referencia a la soberanía panameña escribió "Ya lo veremos", agregando una imagen creada con la IA Grok de una bandera estadounidense flameando sobre el canal y el texto "Bienvenido al canal de Estados Unidos".
Este domingo Trump también continuó con la serie de designaciones dentro de su gabinete y a nivel diplomático. En este segundo plano, fue el turno de Ken Howery, el empresario elegido para la sede estadounidense en Dinamarca.
En dicho marco, el electo presidente manifestó: "Para los objetivos en seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Estados Unidos de América considera que la posesión y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta. Ken hará un magnífico trabajo representando los intereses de Estados Unidos".
El concepto ya había salido de la boca de Trump. En su primera gestión planteó la posibilidad de comprar la gigantesca isla que posee autonomía, pero sigue conformando el Reino de Dinamarca. Por aquel entonces, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, afirmó que era algo “absurdo”.
A lo largo de sus 2.166 millones km², Groenlandia cuenta con la posibilidad de explotar zinc, plomo, mineral de hierro, carbón, molibdeno, oro, platino, uranio, peces, focas y ballenas. Pero lo más interesante es el resultado del deshielo: la aparición de minas de minerales raros.
El calentamiento global, que según el Centro de Observación y Modelización Polares del Reino Unido (CPOM) ya provocó una pérdida de 2,347 kilómetros cúbicos en los últimos 13 años en la isla, dejó al descubierto minas como Kvanefjeld, segundo depósito más grande del mundo de óxidos de tierras raras y el sexto depósito más grande de uranio.
La disputa interna por el Si o el No de cara a la explotación de Kvanefjeld, provocó el cambio de gobierno en 2021 tras un oficialismo sostenido desde 1979 y le brindó el poder a Comunidad Inuit, un partido ecologista nacionalista. No pareciera ser coincidencia la intromisión estadounidense.
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