Tras coquetear varias veces con la posibilidad de una reelección en 2024 y de varios meses prácticamente fuera del foco de atención, el expresidente Donald Trump se lanza hoy a recorrer Estados Unidos con reuniones y actos para recuperar su protagonismo en la escena política nacional y, principalmente, de su partido.
Sin voz en las redes sociales luego de ser sancionado por denunciar un fraude electoral a principio de año sin evidencias y de arengar a los mismos manifestantes que en enero pasado asaltaron el Congreso estadounidense, Trump empieza su "gira de la venganza", como ya la bautizaron algunos medios, en Ohio, con un acto público, para el que cientos de simpatizantes hace días acampan para garantizarse un lugar.
La elección de Ohio no es caprichosa.
Trump participará de un acto en apoyo a la campaña de Max Miller, un exasesor en la Casa Blanca durante su mandato que se medirá en las primarias contra el congresista Anthony Gonzalez, uno de los 10 legisladores que votaron junto a los demócratas en la cámara baja a favor de un segundo juicio político al ahora exmandatario por el asalto al Congreso, que terminó con cinco muertos, entre ellos un policía.
Trump prometió hacer campaña contra todos los republicanos que compitan en las primarias contra los 10 congresistas de su partido que votaron a favor de un segundo juicio político en su contra. Lo mismo está haciendo con el rival de la senadora Lisa Murkowski, la única republicana que tomó esa posición en la cámara alta.
A diferencia de las apariciones que tuvo desde que abandonó la Casa Blanca, eventos institucionales de grupos aliados del Partido Republicano en salones, Trump volverá a la arena en la que se demostró sentirse más cómodo: el Estados Unidos profundo, con actos masivos, en directo contacto con el corazón de su base electoral.
En Wellington, cerca de la ciudad industrial de Cleveland, cientos de simpatizantes hace días que acampan para esperar la llegada del exmandatario y los stands de gorras, camisetas y banderas con la imagen de Trump ya se instalaron para recrear un clima muy similar al de la campaña electoral del año pasado, según la agencia de noticias AFP.
El acto de esta noche será apenas el puntapiés inicial de una gira nacional que durará meses.
El miércoles viajará a Texas para visitar la zona fronteriza con México y retomar el tema de la inmigración, uno de los que marcaron su primera campaña electoral y toda su Presidencia, con algunos de sus discursos más xenófobos y agresivos.
Luego, el 3 de julio volverá a enfrentarse a una multitud en un acto en Sarasota, Florida.
Tras la salida del poder de Trump, analistas advirtieron que su base electoral más dura podría no responder a nuevos liderazgos republicanos y algo de eso se vio hace unos días cuando el exvicepresidente Mike Pence dio un discurso ante un público conservador y un grupo de simpatizantes trumpistas lo comenzaron a abuchear y a decir "traidor".
A diferencia de Trump, su vice fue muy crítico del asalto al Congreso a principio de año.