(Enviado especial a São Paulo)
Algunos datos básicos de los números del Estado limítrofe advierten la difícil situación de Argentina, pese a que los propios brasileños se quejan de su realidad.
(Enviado especial a São Paulo)
La inquietud de estas líneas la disparó un detalle en el primer ticket de compra en suelo brasileño de este corresponsal. Al final se detalla lo que el consumidor está pagando en impuestos. El café con una botella de agua costó 13.34 reales y la carga impositiva fue de 7.86 de la misma moneda. Para un argentino, atravesado por una de las presiones fiscales más fuertes del planeta, no pasa desapercibido dado que en su país eso intenta disimularse, sino ocultarse. Una empleada comercial predispuesta y el cruce de datos con fuentes oficiales permiten poner en paralelo algunos ítems de impacto directo en el bolsillo de los ciudadanos de cada país. Una aproximación fugaz en la relación de cambio entre moneda local y dólar americano; inflación y salario mínimo de cada país.
Comprar un dólar en brasil cuesta 5.25 reales. En octubre del 2020 costaba 5.74. Argentina por su parte, entre la infinita variedad de tipos de cambio, ofrece en el mercado libre un dólar a 291 pesos. Dos años atrás estaba 120 pesos menos en el mismo segmento, al que puede acceder cualquier argentino. La fuerza y la variación de cada moneda es importante e inversa en el mismo período.
Inflación es una palabra que estremece a los salarios. En Brasil, hasta septiembre, se acumuló un aumento en los precios del 4.3% y el último mes hubo una deflación del 0.3%. En nuestro país, solamente considerando septiembre ya se supera el acumulado del 2022 brasileño, con un aumento del IPC del 6.2% mensual y un total, durante los primeros 9 meses, de 66.1%.
El salario mínimo gira en torno a los 1200 reales entre los cariocas. Eso equivale a unos 230 dólares, para comparar el mismo ítem en término argento. Aquí llegará a $58000 en noviembre, 31 dólares menos en una realidad económica más dificil.
No es menor distinguir que la primera interlocutora indica que la media de los brasileños "viven con lo justo" y que el factor económico es uno de los temas que mayor preocupación genera entre el electorado que está a pocas horas de elegir el rumbo de los próximos cuatros años en Brasil. Más detalles, análisis y hasta una mirada macroeconómica podrá dar un especialista económico. Para tomarse un amargo café, los datos anteriores son más que suficientes.