Luisa González y Daniel Noboa, los candidatos a la presidencia de Ecuador por Revolución Ciudadana (RC) y Acción Democrática Nacional (ADN) –en ese orden-, usarán los escasos días de campaña que quedan hasta la segunda vuelta del domingo próximo para buscar el llamado "voto joven" y el de los indecisos que todavía muestran las encuestas, con especial presencia en los centros urbanos.
Primera y segundo en las elecciones de agosto, González y Noboa buscan convertirse en quienes completen el mandato de Guillermo Lasso y, también, hacer historia: la postulante de RC puede ser la primera mujer en llegar a la presidencia de Ecuador a través del voto, y el aspirante de ADN, el mandatario más joven de la historia.
Formalmente, la campaña se inició recién el 24 de septiembre pasado, por lo que los dos aspirantes al Palacio de Carondelet debieron apretar sus agendas en solo diecinueve días y focalizar así su esfuerzo en sectores claves. Uno es el de los jóvenes: de los 13,4 millones de ciudadanos habilitados para votar, 3,4 millones, o sea, el 25,7%, tienen entre 18 y 29 años, por lo que es todo un reto captar ese respaldo a partir de sintonizar con sus necesidades.
No azarosamente González y Noboa redefinieron sus campañas en redes, sobre todo para mostrarse más "blandos" y divertidos en gestos y actitudes, en publicaciones que debieron equilibrar con propuestas para el sector. "La segunda vuelta es distinta, es una nueva elección, empieza todo de cero", señaló el sociólogo Héctor Galarza, analista de Estrategas Consultores.
Mirá tambiénEcuador: mataron a seis presos acusados del crimen de Fernando Villavicencio "Hay una suerte de alineamiento entre esta noción, digamos, del progresismo correísta de izquierda versus la centroderecha con vinculación empresarial, representado más por sectores económicos potentes que tiene el país, y que se ve reflejado fundamentalmente en los medios tradicionales, en los medios de comunicación más importantes", explicó Galarza luego.
El empresario contra la abogada
Daniel Noboa, de 35 años, es un empresario hijo de Álvaro Noboa, que fue candidato presidencial en cinco oportunidades y es considerado el hombre más rico del país. Daniel fue asambleísta hasta que Lasso dispuso el cierre de la Asamblea Nacional (AN), el Parlamento unicameral de Ecuador. En agosto sacó un 23% de los votos. Luisa González, en tanto, abogada, economista, fue a sus 45 años la primera mujer en sacar un porcentaje de votos tan importante. Fue también asambleísta y la elegida por el ex presidente Rafael Correa para encabezar la boleta de RC. Logró un 33% de los sufragios.
RC va a los comicios sin alianzas y con una dirigente de las entrañas de la fuerza, mientras que Noboa es postulado por una coalición que integran los movimientos Pueblo, Igualdad y Democracia (PID), de Arturo Moreno, primo del ex mandatario Lenin Moreno, y Mover, la ex Alianza PAIS.
Las últimas encuestas de Comunicaliza, Cedatos y Negocios y Estrategias muestran a Noboa todavía por encima de González, pero con la diferencia entre ambos en proceso de achicamiento. Pero también registran un número de indecisos que, con variantes, va del 12% al 18%, y parece destinado a dirimir la compulsa.
Mirá tambiénEn un tenso clima, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en EcuadorNo son las únicas coincidencias entre los dos candidatos: en medio de la más grave crisis de seguridad que vive el país, ambos suelen tener apariciones en público con chalecos de seguridad. A los atentados y asesinatos de varios candidatos, con el crimen de Fernando Villavicencio a la salida de un acto en Quito como punto extremo, se sumó en los últimos días la matanza en prisión de los detenidos por ese hecho.
Esa creciente violencia que vive Ecuador y la severa crisis económica generaron una paradoja: erosionaron el habitual desinterés por los comicios y motivaron una atención inusual en la carrera electoral, al punto que el debate entre candidatos previo a la primera vuelta, así como el del domingo último entre los aspirantes de RC y ADN, tuvieron una audiencia muy alta.
En los actos y en esos debates, Noboa tuvo el mérito de no exhibirse anticorreísta: "El término de outsider no le aplica, pero sí fue la sorpresa, en parte porque terciaba en la fractura político-social que tiene el país entre correísmo y anti que dominó los últimos quince años. Estaba fuera de la discusión, pero hace una exposición que fue vista con agrado, sobre todo con una población más joven", evaluó Galarza.
El posible regreso del correísmo
Luisa González busca explotar cierta "nostalgia" por los años de gobierno de Correa: la llamada "década ganada" presume de elevados niveles de consumo y de confianza en la marcha de una economía, pero, centralmente, de una marcada seguridad pública, que puso a Ecuador como el segundo país más seguro de América. "Esta idea del resurgir, esta apelación al pasado, esta presencia muy potente de Rafael Correa en la campaña refuerza en algunos sectores la estigmatización del correísmo", consideró el especialista Héctor Galarza.
Las aspiraciones de González de llegar al Palacio de Carondelet también tienen otros sostenes: por un lado, que el correísmo tuvo un muy buen desempeño en los comicios regionales de febrero y se quedó con los gobiernos de las dos principales ciudades (Quito y Guayaquil) y que logró en agosto la mayor bancada de la futura AN, con alrededor de 50 plazas.
Ese bloque no constituye una mayoría -la AN tiene 137 escaños- pero está lejos de las demás bancadas: el Movimiento Construye logró 28 plazas; ADN, 13 y los socialcristianos, 14, por ejemplo. El correísmo tiene también la ventaja de que sus votantes son menos volátiles, aunque sumar nuevos sectores no le resulta fácil. Con todo, hubo guiños hacia la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, lo que hace presumir que los pueblos originarios mayormente respaldarían a González.
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