Al menos cinco policías ecuatorianos murieron este martes en una serie de atentados contra la fuerza de seguridad en Guayaquil y Esmeraldas.
El presidente Guillermo Lasso aseguró que los ataques fueron una declaración abierta de guerra por parte de las bandas, en medio de una intervención de la fuerza pública a una de las cárceles del país.
Al menos cinco policías ecuatorianos murieron este martes en una serie de atentados contra la fuerza de seguridad en Guayaquil y Esmeraldas.
Seis explosiones se registraron en la madrugada de este martes en varias zonas de Guayaquil. Dos policías murieron en un ataque a una patrulla en la periferia. Otros tres oficiales fueron asesinados en la ciudad y sus alrededores.
Los ataques se dieron en reacción a un plan para reorganizar las cárceles del país, lo que llevó al presidente Guillermo Lasso a declarar estado de excepción en las provincias de Guayas y Esmeraldas, donde la fuerza pública intensificará operativos y entrará en vigor un toque de queda a partir de las 21.00 hora local.
El mandatario culpó en varias oportunidades de la violencia, incluso dentro de las prisiones, a las represalias de las bandas de narcotraficantes por los esfuerzos de su Gobierno para combatirlas y aseguró que esta serie de atentados fueron una declaración abierta de guerra por parte de las bandas, en medio de una intervención de la fuerza pública a una de las cárceles del país.
El sistema penitenciario de Ecuador viene enfrentando problemas estructurales durante décadas, pero la violencia carcelaria se ha disparado desde finales de 2020, matando al menos a 400 personas.