Rusia intensificó aprestos para una invasión de Ucrania y desplegó el 70% de las fuerzas que necesitaría, afirmaron funcionarios estadounidenses pese a las desmentidas rusas y, ahora, a la opinión del propio Gobierno ucraniano.
Funcionarios estadounidenses, que pidieron no ser identificados, dijeron que Moscú ya ha concentrado 110.000 soldados en las fronteras y podría tener capacidad suficiente para lanzar una ofensiva en 15 días.
Rusia intensificó aprestos para una invasión de Ucrania y desplegó el 70% de las fuerzas que necesitaría, afirmaron funcionarios estadounidenses pese a las desmentidas rusas y, ahora, a la opinión del propio Gobierno ucraniano.
En declaraciones a periodistas, los funcionarios, que pidieron no ser identificados, dijeron que Moscú ya ha concentrado 110.000 soldados en las fronteras con Ucrania y podría tener capacidad suficiente para lanzar una ofensiva en 15 días.
Los funcionarios reiteraron lo que ya dijeron en público otras autoridades de Estados Unidos en semanas recientes: que la inteligencia del país norteamericano aún no tiene certeza de si el presidente ruso, Vladimir Putin, está decidido a pasar a la ofensiva.
Los funcionarios destacaron que ciertos indicios apuntan a que la invasión sería inminente y que una solución diplomática es imposible, informó la agencia de noticias AFP. Sin embargo, la propia Presidencia ucraniana consideró que las posibilidades de alcanzar una "solución diplomática" a la crisis con Rusia son "considerablemente superiores" a las de una "escalada" militar.
Además, en un comunicado, agregó que considera que, aunque se mantiene la concentración de tropas rusas en la frontera iniciada en el segundo trimestre del año pasado, su objetivo no es una invasión, sino "provocar presión psicológica masiva".
No obstante, Ucrania y sus aliados occidentales deben "prepararse para todos los escenarios posibles y lo estamos haciendo al 100%", agregó la nota.
Crimea, territorio clave
Estados Unidos afirma desde hace semanas que Rusia quiere invadir Ucrania, aunque ha sido criticado por mostrar pruebas de ello ni explicar por qué motivo querría Putin dar ese arriesgado paso, más allá de la enemistad que mantiene con el Gobierno ucraniano.
Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea en 2014 luego de que el entonces Gobierno ucraniano afín a Moscú fuera derrocado por una ola de protestas y reemplazado por uno nuevo nacionalista de derecha, fuertemente antirruso y prooccidental.
Crimea es un territorio clave para Rusia, porque allí se encuentra anclada su flota del mar Negro y porque su control asegura a Moscú una salida al mar Mediterráneo, algo considerado vital para la seguridad rusa desde la época de los zares.
Funcionarios estadounidenses ya dijeron que Rusia invadiría rápidamente a su vecino, aunque tendría muchos problemas para sostener una ocupación del país y enfrentar una posible insurgencia.
Al ir creciendo la tensión por las acusaciones estadounidenses, Rusia negó tener planes para invadir a Ucrania, pero aprovechó la ocasión para exigir por escrito a Estados Unidos garantías de que la exrepública soviética no ingresará en la OTAN, como desea Kiev.
Putin dijo que eso abriría la puerta al despliegue en Ucrania de misiles que podrían llegar a Moscú en cinco minutos, y ha exigido también una retirada de fuerzas de la OTAN de los países de Europa del Este a los que la alianza atlántica se extendió desde 1997. El presidente ruso había dicho que un eventual rechazo de esas exigencias obligaría a Rusia a tomar medidas "técnico-militares", pero no dio detalles.
En tanto que los funcionarios estadounidenses que hablaron con periodistas dijeron que, hace dos semanas, un total de 60 batallones del ejército ruso se posicionaron al norte, este y sur de Ucrania, particularmente en la península de Crimea. Pero el viernes pasado ya había 80 batallones, y 14 más estaban en camino desde otras partes de Rusia, agregaron.
Cada batallón ruso tiene entre 750 y 1.000 soldados. Una importante fuerza naval rusa también está posicionada en el mar Negro, equipada con cinco buques de asalto anfibio que podrían usarse para desembarcar tropas en la costa sur de Ucrania, señalaron.
Los diarios The New York Times y The Washington Post dijeron que funcionarios advirtieron que una invasión rus a gran escala podría resultar en la veloz captura de Kiev, la capital de Ucrania, y provocar hasta 50.000 muertos.
Los diarios destacaron que los funcionarios no explicaron cómo se habían hecho esos cálculos.
El presidente Joe Biden dispuso enviar tropas estadounidenses a Polonia para proteger a los miembros de la OTAN, mientras los diplomáticos trabajan arduamente para tratar de persuadir a Rusia de que retire sus tropas de la frontera con Ucrania.
El primer contingente de soldados estadounidenses llegó el sábado. El presidente francés, Emmanuel Macron, se reunirá mañana en Moscú con Putin y el martes en Kiev con su par ucraniano, Volodimir Zelensky, para discutir la crisis.
Alemania analiza reforzar tropas
La ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, no descarta enviar más soldados de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) a Lituania, informaron los periódicos del grupo de medios Funke. "Ya estamos haciendo una contribución muy importante en Lituania, donde somos el único país de la Unión Europea (UE) que lidera un grupo de combate", dijo la ministra. "En principio hay tropas disponibles para el refuerzo, ahora estamos en conversaciones con Lituania sobre lo que tendría sentido exactamente", agregó. Los Eurofighters también podrían ser desplegados en Rumanía para ejercer labores de vigilancia aérea, indicó Lambrecht. "Todos los miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) pueden confiar en nosotros", subrayó la titular de Defensa. La primera visita oficial de Lambrecht fue precisamente a Lituania, poco antes de Navidad. Alemania lidera la misión de la OTAN en Lituania desde hace cinco años y aporta aproximadamente la mitad de los 1.200 soldados de la unidad multinacional. Por otro lado, el canciller alemán, Olaf Scholz, recibirá el próximo jueves en Berlín a los jefes de Estado y de Gobierno de los países bálticos. La crisis ucraniana y la situación de la seguridad en Europa del Este centrarán la reunión. Lambrecht defendió una vez más la negativa del gobierno alemán a suministrar armas a Kiev en la tensa situación del conflicto de Ucrania. "La posición del Gobierno federal -también en legislaturas pasadas- es clara desde hace mucho tiempo. No suministramos armas a las zonas en crisis para no agravar aún más la situación en ellas", indicó.