"Fue una decisión muy difícil para mí. Y, por cierto, lo hablé con nuestros aliados, lo hablé con nuestros amigos en el Capitolio", dijo el presidente Joe Biden al justificar la medida, y añadió: "Los ucranianos se están quedando sin munición".
El armamento está prohibido por una convención internacional y cuestionado por organizaciones de Derechos Humanos ante el gran daño que pueden generar entre la población civil.
"Fue una decisión muy difícil para mí. Y, por cierto, lo hablé con nuestros aliados, lo hablé con nuestros amigos en el Capitolio", dijo el presidente Joe Biden al justificar la medida, y añadió: "Los ucranianos se están quedando sin munición".
"Y así, lo que finalmente hice, tomé la recomendación del Departamento de Defensa de, no permanentemente, pero permitir este período de transición, mientras conseguimos más armas para los ucranianos", manifestó.
Estados Unidos, Ucrania y Rusia no forman parte del tratado internacional para vetar este tipo de armamento, pero sí lo suscribieron aliados de Washington y Kiev como Reino Unido, Alemania y Francia.
Las bombas de racimo detonan en el aire y liberan cientos de submuniciones en un amplio radio de entre 200 y 400 metros.
Su riesgo también está vinculado a que algunas de estas mini bombas no detonan y se quedan enterradas, con una tasa de fallo de entre 5% y 30%, por lo que gran número de víctimas colaterales son niños y niñas, que se ven atraídos a ellas por su forma llamativa de pelota de tenis.
"No dejaremos a Ucrania indefensa en ningún momento de este conflicto", advirtió el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, e indicó que Rusia utiliza este tipo de municiones desde el inicio de la invasión a larga escala en febrero del año pasado.
"Reconocemos que las municiones de racimo crean un riesgo de daños a civiles por artefactos sin estallar. Por eso aplazamos la decisión todo el tiempo que pudimos", indicó el funcionario, primera voz oficial en confirmar la decisión.
"Pero también existe un enorme riesgo de daños civiles si las tropas y los tanques rusos arrollan las posiciones ucranianas y toman más territorio", manifestó.
Sullivan argumentó que las municiones de racimo que suministrará Washington "tendrán tasas de fallo muy inferiores a las que está utilizando Rusia" y añadió que los ucranianos dieron garantías "por escrito" sobre el uso que harían de estas armas para minimizar los riesgos que suponen para la población civil.
En virtud de la Convención de Oslo de 2008, firmada por 108 países, se prohíbe el uso, producción y transferencia de este tipo de armamento "bajo cualquier circunstancia".
El secretario general de la ONU, António Guterres, hoy mismo ratificó su apoyo a ese tratado y dijo que "quiere que los países cumplan con sus términos".
Sin embargo, manifestó que estos mismos Estados sí entienden la decisión, ya que reconocen la diferencia entre el hecho de que Rusia use sus municiones para atacar, y que Ucrania las use para defenderse.
Este anuncio de la Casa Blanca forma parte de un nuevo paquete de ayuda militar de 800 millones de dólares a Ucrania, que eleva a más de 41.000 millones el total desde el inicio de la guerra.
Además, Estados Unidos suministrará vehículos blindados, munición de artillería, armas antitanque y otros equipos.
Por otro lado, en la conferencia de prensa, Sullivan afirmó que la propuesta de ingreso de Ucrania en la OTAN será discutida, pero no se decidirá en la cumbre que tendrá lugar el 11 y 12 de julio en Vilna, capital de Lituania.
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