Estados Unidos sobrepasó hoy los 130.000 muertos por coronavirus, mientras autoridades de Texas y Florida alertaron que sus sistemas sanitarios están al borde del colapso y expertos de la salud temen que aumente la cantidad de fallecidos tras el Día de la Independencia, cuando en contra de todas las recomendaciones, el presidente Donald Trump organizó grandes celebraciones.
La Universidad estadounidense Johns Hopkins informó que el país registró hoy 130.007 decesos y cerca de 2,9 millones de contagiados, aunque expertos en salud consideran que las cifras de fallecidos e infectados es mucho más elevada ya que, en un principio, no se hicieron las pruebas postmortem correspondientes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) destacaron que en los cuatro días anteriores al fin de semana el país había superado sistemáticamente la barrera de los 50.000 casos diarios, según la agencia de noticias Europa Press.
Pese a este escenario, Trump volvió a desestimar la gravedad de la pandemia en Twitter y se concentró en la desacelaración de las cifras diarias de fallecidos
“Las muertes por el virus de China han disminuido un 39%, mientras que nuestro gran programa de pruebas continúa liderando el mundo, ¡por lejos! ¿Por qué las noticias falsas no informan que las muertes han disminuido? ¡Es solo porque son, de hecho, NOTICIAS FALSAS!”, soltó el mandatario en redes.
Mientras el país experimenta el mayor repunte de la pandemia después de dos meses, sobre todo en Arizona, Texas y Florida, Trump aseguró el sábado que Estados Unidos está “camino a una formidable victoria” frente al coronavirus y minimizó el impacto de la enfermedad, al decir que el 99% de los casos es “inofensivo", sin presentar los datos para demostrarlo.
"Nos ha golpeado esta terrible plaga de China y ahora estamos cerca de conseguir salir de ella peleando", manifestó Trump el sábado, y agregó que Estados Unidos "va a ser más grande de lo que jamás haya sido", en un intento de retomar, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, el slogan que le hizo ganar la Presidencia en 2016.
Su jefe de Gabinete, Mark Meadows, defendió hoy que "muchos de los casos son asintomáticos" y que "la cifra del 99 por ciento surge de los datos, que se pueden analizar de distintas maneras", informó la cadena de televisión estadounidense CNN.
Meadows insistió en que la economía no puede parar con un confinamiento y dejó soslayar que Trump podría empezar a firmar decretos esta semana sobre asuntos relacionados con China, la inmigración y los precios de los medicamentos.
Pese a las declaraciones de Trump y de su Gobierno, los alcaldes de las ciudades texanas de San Antonio y Austin y el responsable del condado de Miami-Dade en Florida alertaron hoy que los hospitales en sus distritos están al límite y se están acabando las camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
"El tiempo se agota ahora en términos de la capacidad de nuestros hospitales en San Antonio, al igual que en muchas de las otras grandes ciudades de Texas", dijo a la cadena CNN el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg.
El dirigente advirtió de que si continía el ritmo de crecimiento de los casos, a San Antonio "solo le queda una semana para quedarse sin camas de hospital y agotar la capacidad de las unidades de cuidados intensivos".
Texas ya registró 195.239 casos y 2.637 decesos, y tiene ocupado casi el 81% de las camas disponibles, según informó hoy el Departamento de Salud estatal.
En los últimos días, las ciudades de Houston y Fort Worth también expresaron preocupación por la falta de camas, y la misma sensación tienen en el fronterizo valle del Río Grande, tras la duplicación de internaciones en las últimas dos semanas, según la agencia de noticias EFE.
La situación sanitaria en Florida también empeora, con 206.447 casos y 3.880 fallecidos desde el 1 de marzo, y con el 80 por ciento de las camas en las UCIs ocupadas en todo el condado de Miami-Dade, según los últimos datos oficiales de hoy.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, anunció que desde este miércoles los restaurantes solo funcionarán por delivery o para llevar, y se cerrarán salones de baile y para banquetes y fiestas, gimnasios, y alquileres a corto plazo, como Airbnb.
En los últimos cinco días, 14 de los 50 estados del país, incluido Florida, registraron cifras diarias récords de contagios. En este período, Estados Unidos tuvo 250.000 nuevos casos, aumento drástico que, sin embargo, no estuvo acompañado por un incremento similar de muertos.
Las internaciones también están creciendo de manera pronunciada y en muchos casos la capacidad hospitalaria se acerca a niveles preocupantes.