El brote de coronavirus en Estados Unidos no para de crecer y hoy superó los 52.000 casos de infectados, la mitad de ellos en el estado de Nueva York, donde las autoridades claman públicamente y sin éxito por una reacción nacional contundente de aislamiento obligatorio y apoyo financiero al sistema de salud.
La situación se está volviendo tan dramática en Estados Unidos que hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el aumento exponencial de infectados y muertos en el país lo está convirtiendo en el nuevo foco central de la pandemia global.
La Universidad Johns Hopkins, una institución que actualiza constantemente la evolución de la pandemia en todo el mundo, informó que los muertos ya superan los 670 en Estados Unidos, más de un tercio solo en el estado de Nueva York.
"Uno de los analistas me dijo: Estábamos viendo venir un tren de cargas directo hacia el país y ahora vemos que es un tren bala, porque así de rápido se están incrementando las cifras", alertó el gobernador neoyorquino Andrew Cuomo en una conferencia de prensa, citada por la agencia de noticias EFE.
Según explicó, su gobierno estima que "pico máximo (de la pandemia) será más alto de lo previsto" y que llegará antes de lo que pensaban, en los próximos 14 a 21 días, por lo que pidió urgentemente refuerzos al gobierno federal.
Por ejemplo, sus proyecciones pasaron de un esquema con 110.000 camas de hospital a 140.000 camas, un número que no está garantizado hoy día.
Por eso, volvió a hacer un pedido desesperado al presidente Donald Trump.
Cuomo explicó que el estado necesita "30.000 respiradores" y que "solo el gobierno federal tiene la capacidad de proporcionarlos".
"No entiendo la renuencia a usar la Ley Federal de Producción de Defensa para fabricar respiradores. ¿Si no es ahora, cuándo? El gobierno federal debe distribuir los respiradores según las necesidades y en Nueva York los necesitamos ahora. Después de que Nueva York supere el punto más alto de esta pandemia, transportaré los ventiladores en persona a donde sea que se necesiten", aseguró el gobernador.
El gobierno federal ya anunció que le dio la orden a un grupo de automotrices de reorientar su producción a hacer equipo médico. Sin embargo, no está claro cuándo estará listo ni qué destino tendrá.
Además, la Casa Blanca lanzó la semana pasada un ambicioso proyecto de medidas de ayuda económica para enfrentar las consencuencias de la pandemia, pero las iniciativas siguen frenadas en el Congreso, en medio de tensas negociaciones con la oposición demócrata.
Trump no le respondió directamente a Cuomo, pero sí anunció en una conferencia de prensa que la agencia encargada de los desastres naturales, FEMA, distribuirá al país 8 millones de respiradores, millones de guantes y barbijos, equipos de protección médica y 15.000 ventiladores, estos últimos para Nueva York.
Asimismo, anunció que el gobierno federal está coordinando con el gobierno de Nueva York la construcción de cuatro hospitales y cuatro centros de salud en ese estado.
El gobierno federal no solo no anunció un confinamiento general, como piden muchos gobernadores, sino que tampoco prohibió los traslados entre estados.
Solo le pidió a los ciudadanos que "se auto controlen" para advertir si tienen síntomas y, de tenerlos, "se auto aíslen", especialmente los que han estado en Nueva York.
Pese a destacar los esfuerzos y la seriedad de la pandemia, Trump se mostró confiado de que el país habrá resuelto la crisis en Pascúas, el próximo 12 de abril, por lo que auguró una reapertura de las fronteras y una vuelta a "la vida común", un pronóstico que el alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, calificó de "inconcebible".
Por ahora, varias empresas suspendieron sus producciones por las próximas semanas -Ford lo hizo hasta el 30 de marzo-, pero los pronósticos de la curva de contagios en el país hacen difícil pensar que el país pueda retomar la actividad comercial y productiva en el próximo mes.
Mientras la mayoría de los estados más afectados -Nueva York, California y Washington, entre otros- decidieron avanzar con las medidas de precaución recomendadas por la OMS a contramano de la ambigüedad de la Casa Blanca, el estado de Florida, gobernado por un aliado de Trump, sigue sin ordenar un confinamiento general, pese a que los muertos ya suman 18 y los infectados, 1.412.
El gobernador Ron DeSantis, le pidió hoy al presidente Trump que declare la situación del coronavirus en este estado como un "desastre mayor", una medida que le permitiría enviar fondos adicionales para ayudar con el desempleo, asistencia alimentaria, asesoramiento en la gestión de la pandemia y préstamos especiales.
Sin embargo, ante la escalada de casos y muertos, la oposición cree que estos pedidos no son suficientes.
"La crisis del Covid-19 solo empeorará si el estado de Florida no declara una orden para estar en casa. Sin una medida crítica, el virus se expandirá. Una declaración de "desastre mayor" no aborda la raíz del problema. Escuchen mi recomendación", aseguró la congresista demócrata por Florida Debbie Mucarsel-Powell en Twitter.
En ese mismo sentido, la ciudad de Miami Beach, una de las más afectadas en el estado, ya comenzó a tomar medidas, independientemente del gobernador.
El alcalde Dan Galber ordenó a todos los habitantes "limitar todas sus actividades fuera de casa más allá de las absolutamente necesarias" y prohibió todas las reuniones, públicas o privadas, sin importar el número de personas.