El próximo martes 5 de noviembre, aproximadamente 240 millones de personas tienen derecho a votar en las elecciones en Estados Unidos. La candidata demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump entran en la recta final de la carrera a la Casa Blanca. En medio de la campaña y el marketing político, nuevamente hubo preocupación en el círculo del candidato republicano por su seguridad. Un hombre fue arrestado el sábado cerca de un evento organizado por el equipo de Trump en Coachella, California, con posesión ilegal de armas. La persona luego fue liberada bajo fianza.
En el mismo momento se conocieron nuevos datos de encuestas que muestran una leve tendencia a favor del partido demócrata. No obstante, un análisis publicado por The Guardian, muestra que las cifras están cada vez más ajustadas, con Donald Trump creciendo en los Estados más relevantes en términos estratégicos. El promedio de encuestas de 10 días de The Guardian, con corte al 10 de octubre, muestra a Harris con una ventaja nacional de dos puntos, 48% a 46%, sobre Trump. El dato revelador es que Harris disminuyó su ventaja de 4% que registró hace dos semanas.
Mirá tambiénTrump regresa al sitio del atentado para un acto de campaña junto a Elon MuskEs importante no analizar las elecciones de Estados Unidos con reglas del sistema electoral argentino porque en el país norteamericano el proceso electoral presenta peculiaridades que deben ser observadas con atención:
a) El sistema es indirecto: Cada Estado tiene asignado un número de electores en función de su población, sumando un total de 538. Para llegar a la presidencia es necesario contar con la mayoría de al menos 270 electores.
b) El sufragio no es obligatorio: Esto dificulta la precisión de los sondeos de opinión pública porque muchos de los consultados pueden no ir a votar.
c) El voto no es proporcional: En casi todo el territorio, el candidato que gana en un Estado, aunque sea por un voto, se queda con todos los electores. Habitualmente los electores apoyan al candidato que haya conseguido la mayoría de los votos en ese Estado. Hay dos excepciones a este sistema: Maine y Nebraska. En ambos casos los electores se asignan a uno u otro candidato presidencial utilizando un sistema proporcional, denominado Congressional District Method.
En este escenario, los llamados swings states, o "Estados péndulo o indecisos" son clave. Se trata de aquellos Estados en los que ningún partido puede asegurarse una victoria contundente, ergo, son decisivos para el resultado final. En estos territorios las encuestas electorales no le dan una ventaja clara a ningún partido. Históricamente estos Estados han ido oscilando entre el voto demócrata y republicano. Estos Estados también son llamados battlegrounds (campos de batalla), porque generalmente se ganan por diminutos márgenes de votos y definen la elección. En esta categoría se encuentran: Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Carolina del Norte, Nevada.
Los estrategas de ambos equipos saben muy bien que es mejor ganar en muchos Estados por pocos votos que ganar en la sumatoria total de sufragios porque es posible que un candidato llegue a la presidencia con la mayoría de los electores y sin la mayoría de los votos del pueblo. En otras palabras: el resultado final no depende directamente del voto de los ciudadanos. Un ejemplo de esta situación sucedió en las elecciones de 2016, cuando Hillary Clinton recibió tres millones de votos más que Donald Trump, pero el republicano consiguió 304 electores y ganó las elecciones.
A tres semanas de las elecciones, con la diferencia mínima entre los candidatos que exhiben las encuestas de opinión y con las singularidades del sistema electoral estadounidense, los votantes de las zonas urbanas y rurales de Wisconsin, los trabajadores de servicios de Nevada, los latinos de Arizona, los afroamericanos de Georgia, los árabes americanos de Míchigan, las mujeres de Carolina del Norte y prácticamente todos los ciudadanos de Pensilvania definirán quién sucederá a Joe Biden en la Casa Blanca.
(*) Analista internacional y profesor universitario, con estudio especializado hecho en la Universidad Nacional de Defensa de Washington.
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