Elefantes asiáticos gemelos nacieron en el Zoológico Rosamond Gifford en Syracuse, Nueva York (Estados Unidos).
¡Son gemelos! El Zoo Rosamond Gifford está de festejo tras el nacimiento de dos elefantes asiáticos en peligro de extinción.
Elefantes asiáticos gemelos nacieron en el Zoológico Rosamond Gifford en Syracuse, Nueva York (Estados Unidos).
De acuerdo con el parque, los elefantes gemelos representan menos del 1% de los nacimientos de elefantes en todo el mundo y hasta la fecha no se había registrado ningún caso en EE.UU.
El elefante asiático (Elephas maximus) es el mayor mamífero del continente asiático. Su distribución original se extendía desde el sur de China e Indonesia occidental hasta las costas del golfo Pérsico y el sur de Mesopotamia, donde desapareció ya en el Neolítico.
En la actualidad se circunscribe a Sri Lanka, sur y noreste de la India, Bangladés, Indochina, Malaca, Sumatra y noreste de Borneo. Se encuentra tanto en estado salvaje como doméstico y es muy frecuente en zoos y circos. Está considerado como una especie en peligro de extinción.
El elefante indio ha sido domesticado desde tiempos muy antiguos en el sureste asiático con el fin de llevar cargas, ayudar en la construcción (normalmente cargando y levantando vigas) o transportar personas. En tiempos de guerra se le ha usado también para llevar armas y piezas de artillería (cosa que han hecho incluso durante el siglo XX) y combatir, dotándole a menudo de armadura y poniéndole pinchos en las patas y "espadas" en los colmillos, así como cargando arqueros sobre su espalda. Los elefantes asiáticos han formado parte de las tropas de Ciro el Grande, Alejandro Magno y Pirro de Epiro, entre otros reyes de la antigüedad. En la actualidad son los reyes de los espectáculos circenses y una de las atracciones turísticas más solicitadas en el sureste asiático, donde cargan a los visitantes sobre su espalda mientras dan un paseo por la selva.
Los elefantes se reproducen rara vez en cautiverio, por lo que la gran mayoría de los individuos domésticos han sido capturados ya adultos en estado salvaje. El método tradicional para hacerlo es el kedah, de origen indio, en el que los hombres rodean una manada y la van empujando hacia un redil de madera, donde separan los individuos más interesantes y devuelven el resto a la selva. Los individuos escogidos son encadenados a un árbol y aislados mientras se habitúan a la gente. Unos días después reciben la visita del cornaca o mahout, sentado inicialmente sobre otro elefante domesticado, que comienza su adiestramiento. Pasará un tiempo antes de que los elefantes permitan al mahout sentarse sobre su lomo y posteriormente sobre su cuello, momento a partir del cual ya son totalmente dóciles y obedientes.
Por su utilidad desde tiempos antiguos, los elefantes indios son profundamente respetados en Oriente y forman a menudo parte de los relatos religiosos. Así, por ejemplo, el dios Ganesh del hinduismo tiene cabeza de elefante; en el budismo, los elefantes blancos son sagrados porque se dice que la madre de Buda, Maya, quedó embarazada de él tras soñar que un elefante albino se introducía en su matriz. Este respeto se ha visto acrecentado por el hecho de que los elefantes indios pueden captar infrasonidos y vibraciones del suelo, lo que les permite alertar de uno de los frecuentes terremotos que se abaten sobre su zona de distribución antes de que los humanos sospechen siquiera que vaya a producirse. Por ejemplo, antes de que el gran tsunami de las navidades de 2004 se estrellara contra las costas de Tailandia, los elefantes que formaban parte de una excursión turística "lloraron" según sus cuidadores y, agarrando a los turistas con la trompa los subieron uno a uno sobre su lomo para después huir tierra adentro, salvándoles la vida,
Los elefantes indios son cazados por furtivos mucho más raramente que los elefantes africanos, pues la facilidad con que se captura individuos salvajes vivos (a los que se suele cortar los colmillos) hace que su marfil no sea un bien excesivamente difícil de conseguir. De todos modos, la destrucción de su hábitat natural para dejar paso a la agricultura y el hecho de que los animales domesticados casi no se reproduzcan han situado a la especie igualmente al borde de la extinción.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.