El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró hoy que su homólogo ruso, Vladimir Putin, "está de acuerdo" en prorrogar el acuerdo de exportación de cereales en el Mar Negro que expira el lunes.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró hoy que su homólogo ruso, Vladimir Putin, "está de acuerdo" en prorrogar el acuerdo de exportación de cereales en el Mar Negro que expira el lunes.
"Nos estamos preparando para recibir al señor Putin en agosto y estamos de acuerdo en la extensión del corredor de cereales en el Mar Negro", dijo Erdogan al salir del rezo de los viernes, replicó la agencia de noticias AFP.
El mandatario turco contó que había hablado con Putin, sin precisar cuando, y también se refirió a una carta que el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, mandó al dirigente ruso para pedirle su aprobación.
"Espero que con esta carta aseguremos la extensión del corredor de granos, con nuestros esfuerzos conjuntos y los de Rusia", agregó Erdogan.
En paralelo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió que los países en desarrollo serán las principales víctimas si Rusia no acepta prolongar el acuerdo.
"Si Moscú cumple sus amenazas, los países en desarrollo, incluidos los de la región, pagarán el precio, incluyendo de manera literal un mayor precio por los alimentos, así como el de una mayor escasez de alimentos", evaluó Blinken, tras una reunión en Yakarta de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).
El acuerdo que ayudó a paliar la crisis alimentaria mundial provocada por el conflicto en Ucrania expirará el lunes a medianoche de Estambul (18 en la Argentina).
En la carta que envió Guterres a Putin en miércoles pasado, se esboza una propuesta destinada a armonizar la vital implementación adicional del memorando de entendimiento con la necesidad clave de mantener operativa la Iniciativa del Mar Negro", según explicó el representante de la ONU ayer en una conferencia de prensa.
En el texto también destacó la importancia de eliminar los obstáculos a las transacciones financieras a través del Banco Agrícola de Rusia, una de las principales preocupaciones expresadas por Moscú, y al mismo tiempo permitir el flujo continuo de granos ucranianos a través del Mar Negro.
Putin, por su parte, había expresado mensajes contradictorios sobre su voluntad de renovarlo.
Rusia se queja en particular de que su sector agrícola, uno de los que más produce en el mundo, se ve afectado por las sanciones adoptadas por Occidente, que "bloquean las exportaciones agrícolas rusas".
A su vez, espera que se cumplan cinco condiciones para extender el acuerdo, incluyendo la reconexión de su banco agrícola, Rosselkhozbank, al sistema Swift y la reanudación de los suministros de maquinaria agrícola, repuestos y mantenimiento.
También reclama el levantamiento de la prohibición de acceso a los puertos y el desbloqueo de los activos y cuentas extranjeras de las empresas rusas relacionadas con la producción y transporte de alimentos y fertilizantes.
Además, pide que se reactive un conducto que lleva amoníaco desde Togliatti, en Rusia, a la sureña ciudad portuaria ucraniana de Odesa, sobre el mar Negro, que no está en funcionamiento por la guerra.
Rusia insiste en que estas condiciones no se cumplen, mientras se le exige que cumpla con lo pactado.
Además, a principios de junio, Rusia denunció que una sección del ducto había sido destruida con explosivos y acusó a Ucrania de haberlo hecho. Ucrania lo rechazó y acusó a Rusia.
El Kremlin dijo que el atentado al conducto de amoníaco Togliatti-Odesa amenazaba con tener un "impacto negativo" en las negociaciones para prolongar el acuerdo de exportación de cereales.