El presidente Tayyip Erdogan se proclamó vencedor de las elecciones presidenciales de este domingo en Turquía, una victoria que llevaría su Gobierno, cada vez más autoritario, a una tercera década.
Primer ministro entre 2003 y 2014, y desde entonces presidente, el mandatario salió airoso del mayor desafío que enfrentó en las urnas en todo ese período, en el que por primera vez debió ir a balotaje.
El presidente Tayyip Erdogan se proclamó vencedor de las elecciones presidenciales de este domingo en Turquía, una victoria que llevaría su Gobierno, cada vez más autoritario, a una tercera década.
Erdogan dijo en alocución a sus partidarios que los votantes le habían otorgado la responsabilidad de gobernar durante los próximos cinco años. "El único ganador es Turquía", dijo dirigiéndose a sus seguidores desde lo alto de un autobús en Estambul.
Aún no se han hecho públicos los resultados oficiales definitivos. No hubo una respuesta inmediata de su contrincante, Kemal Kilicdaroglu, al discurso de victoria de Erdogan.
Las elecciones se consideraban una de las más importantes para Turquía, ya que la oposición creía que tenía posibilidades de desbancar a Erdogan, cuya popularidad se había visto afectada por la crisis del costo de la vida.
En cambio, la victoria reforzará la imagen de insuperable, tras haber cambiado ya la política interior, económica, de seguridad y exterior del país de 85 millones de habitantes, miembro de la OTAN.
Sus partidarios se reunieron en su residencia de Estambul en previsión de la victoria, ya que los datos facilitados tanto por la agencia estatal Anadolu como por la agencia de noticias opositora ANKA le daban ventaja con casi el 99% de las urnas escrutadas.
Anteriormente, el jefe de la Junta Electoral Superior había declarado en rueda de prensa que Erdogan aventajaba a Kilicdaroglu con un 54,47% de apoyo y el 54,6% de las urnas revisadas. Erdogan, jefe del Partido AK, de raíz islamista, apeló a los votantes con una retórica nacionalista y conservadora durante la campaña.