Miércoles 3.11.2021
/Última actualización 19:28
Los neoyorquinos han elegido este martes al segundo alcalde negro de su historia. Eric Adams, el expolicía que consiguió la nominación demócrata a la alcaldía en las primarias del pasado junio, se ha impuesto como estaba previsto al republicano Curtis Sliwa para regir los destinos de la capital económica y cultural del país, con más de ocho millones de habitantes, en un momento crucial: el de superar definitivamente la pandemia. Adams, de 61 años, tomará posesión el próximo 2 de enero, sustituyendo en el cargo a su correligionario Bill de Blasio. “Tenemos que luchar contra la covid, la criminalidad y la devastación económica, todo a la vez”, declaró Adams tras proclamar su victoria. La tasa de paro de la ciudad fue del 9,8% en septiembre, casi el doble que la nacional.
Con un mensaje de firmeza contra la inseguridad ciudadana, del que ha hecho bandera, el agente y posterior capitán del Departamento de Policía de Nueva York dio el salto a la política en 2006, primero como senador por el Estado de Nueva York y más tarde como presidente del distrito de Brooklyn, donde reside y hoy ha depositado su voto. Adams siempre ha dirigido sus mensajes al elector común, a la clase trabajadora y a las comunidades negra e hispana, pero a la vez ha logrado granjearse el apoyo del sector empresarial y mantenido buenas relaciones con los sindicatos (él mismo fue representante de los trabajadores en su etapa en el Departamento de Policía). Precisamente la oposición de los sindicatos a la obligatoriedad de la vacuna para los trabajadores municipales está complicando los planes de la Administración, en especial por el rechazo del departamento de bomberos, pero también entre la policía. Adams ha reiterado que mantendrá el mandato vacunal impuesto por su antecesor, que encadenó dos mandatos desde 2013.
Desde que se impusiera a sus rivales en las primarias de junio, Adams se presenta como el futuro del Partido Demócrata, algo en lo que no están muy de acuerdo sus correligionarios más progresistas o a la izquierda del partido. Las tensiones entre las distintas sensibilidades de la formación no hallarán acomodo con la elección de Adams, según la mayoría de los analistas.
Adams será el segundo alcalde negro de la ciudad tras el discreto David Dinkins, regidor entre 1990 y 1993 y muerto el año pasado. La derrota de una de las principales favoritas en las primarias demócratas, la moderada Kathryn Garcia, privó a los neoyorquinos de tener la primera alcaldesa de su historia. Garcia, con amplia experiencia en el gobierno municipal, ya anunció en junio su disposición a colaborar con su contrincante, el que hoy se ha convertido en alcalde electo.
Sí hizo historia, al convertirse en la primera alcaldesa de Boston -y además asiática-, la demócrata progresista Michelle Wu, que competía con otra correligionaria, Anissa Essaibi George. Wu es una de las figuras emergentes en el Partido Demócrata, con una agenda dirigida a combatir el cambio climático mediante propuestas como el denominado Nuevo Acuerdo Verde para Boston, respaldado por su correligionaria Elizabeth Warren -veterana representante de la facción izquierdista del partido-, pero también por políticos republicanos locales. Wu, que cuenta con el apoyo de varios sindicatos de Massachussets, también defiende establecer un sistema de transporte gratuito en la ciudad.
Durante la campaña, Wu, de ascendencia taiwanesa, y Essaibi George, hija de tunecino y polaca, han intentado evitar la dualidad entre progresistas y centristas, tan definitoria de la realidad demócrata en los últimos años y, sobre todo, del rumbo que el partido tome en el futuro. Wu, abogada de 36 años, no oculta sus credenciales, en la órbita más izquierdista, aunque ha negado, por ejemplo, que tenga intención de retirar la financiación a la policía, uno de los planteamientos teóricamente irrenunciables de la agenda progresista. Curiosamente, los habitantes de Minneapolis -sacudida en la primavera de 2020 por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía-, han rechazado este martes una enmienda para sustituir el departamento de policía por otro denominado de Seguridad Pública. En Nueva York también se sometieron a votación media docena de enmiendas legales menores.
Con la elección de Wu, serán una docena las mujeres al frente de ciudades estadounidenses con más de 400.000 habitantes. Entre los cinco nombres que han concurrido a la alcaldía de Boston, no figuraba el de ningún hombre. También es mujer la alcaldesa en funciones de Boston desde marzo, la afroamericana Kim Janey.
En la jornada electoral celebrada este martes en Nueva York también fueron elegidos otros cargos como el contralor de la ciudad y el fiscal de distrito de Manhattan. Reviste especial importancia la elección de este último, el también demócrata Alvin Bragg, el primer afroamericano que consigue el puesto, ya que heredará la investigación sobre los negocios del expresidente Donald Trump. Bragg, de 48 años, fue fiscal federal y ha hecho bandera de la promesa de compatibilizar la salvaguarda de la seguridad ciudadana con un trato igualitario a todos los reos. Su propia experiencia personal -detenido por la policía en su juventud y con seres queridos que han pasado por la cárcel- imprimirá un giro a una oficina que ve miles de casos al año, con mayoría de acusados afroamericanos.
Bragg sustituye en la importante fiscalía al también demócrata Cyrus Vance Jr., hijo del que fuera ex secretario de Estado con Jimmy Carter, Cyrus Vance. Con la victoria de Bragg -y la de Adams y Wu, entre otros-, el viejo establishment demócrata, tradicionalmente blanco, masculino y elitista, da señales de cambio en consonancia con la realidad demográfica del país.