Viernes 24.9.2021
/Última actualización 7:18
Una de las dos lenguas de lava del volcán Cumbre Vieja de la isla española de La Palma, que arrasaba todo a su paso, se detuvo, tal como lo ha anunciado este jueves el comité de emergencia. Esta fue una de las principales noticias de la última jornada en Islas Canarias, en la que el rey Felipe VI visitó el lugar de la catástrofe acompañado de la reina Letizia y del presidente del gobierno Pedro Sánchez, que regresaba del debate de la Asamblea General de la ONU.
El joven monarca se encontró con personas que han tenido que abandonar sus casas, a las que les prometió que "no van a faltar ayudas". "Aquí están todas las administraciones representadas y ese compromiso es muy claro, van a hacer todo lo que está en su mano", dijo Felipe a la prensa. "Son días y noches de tristeza inmensa y de angustia para tantas familias, como hemos visto ahora en esta visita", añadió.
"Costará mucho volver a la normalidad, mucho, eso nadie lo puede negar, pero La Palma saldrá de esto", aseguró Felipe luego. "Todas estas familias, a pesar del desastre que les ha golpeado, van a tener un futuro, porque entre todos vamos a ayudar a recomponer sus vidas", redondeó.
La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, tras haberse reunido el Comité Director del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias, fue la encargada de confirmarle a los medios que "una de las lenguas de lava está detenida", después de cinco de días de la primera erupción. A su vez, en cuanto a la otra lengua de lava, dijo que "sigue su avance, pero mucho más lento que anteriormente, a unos 4 metros por hora".
Blanco aclaró que ello no significa que el volcán haya perdido fuerza, ya que "el centro de emisión sigue activo, con una columna de cenizas y gases que alcanza los 4500 metros de altitud".
Por ahora, ni heridos ni muertos
La lengua activa tiene 12 metros en su punto más alto y 500 de ancho, precisó la referente del IGN, "dimensiones que explican la lentitud del avance". De acuerdo con los datos suministrados en la víspera por el sistema de medición geoespacial Copernicus, la lava destruyó 350 edificaciones y cubrió 166,2 hectáreas, en una isla que tiene en el cultivo del plátano su principal actividad económica. Esos datos suponen un incremento de 30 edificaciones y 12 hectáreas destruidas respecto al miércoles.
La erupción del Cumbre Vieja ha provocado la evacuación de 6.100 personas, entre ellas 400 turistas, pero hasta el momento no hubo que lamentar ni heridos ni muertos. El motivo de la detención o ralentización de una colada es que cada vez le cuesta "más avanzar porque tiene que ir incorporando todo el material que ya está depositado, que ya es de un gran volumen, que está frío en su superficie".
Llegado cierto punto, añadió Blanco, las características del terreno tienen un papel fundamental en el avance destructivo, ya que este no solo depende de la emisión, de la temperatura y de la fluidez de las lavas, sino también de la topografía. "Posiblemente, la topografía tenga un dominio sobre la evolución de la colada", advirtió la científica.
Por otra parte, Blanco confirmó que no se espera de momento que las coladas vayan a llegar al mar, como se temía por las reacciones que ello provoca. "Con las velocidades que tienen ahora mismo y las tasas de emisión que estamos viendo por el centro emisor, hoy no va a llegar al mar, ni mañana tampoco", aseguró. La llegada de la lava al mar se teme particularmente porque puede generar explosiones, olas de agua hirviendo o incluso nubes tóxicas, según la página del Servicio Geológico de Estados Unidos.