Con el avance del conteo de los votos en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que Donald Trump se impuso ante Kamala Harris, se desarrollan nuevos análisis y comparativas.
Nevada, Montana, Missouri y Arizona tuvieron “contradicciones” en sus votaciones este martes. El peso de la economía y la caída demócrata en los resultados presidenciales.
Con el avance del conteo de los votos en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que Donald Trump se impuso ante Kamala Harris, se desarrollan nuevos análisis y comparativas.
Uno de los principales interrogantes históricos ante cada resultado electoral es ¿por qué ganó?. En el caso estadounidense de este 2024 las valoraciones previas pueden diferir con lo concretado este martes 5 de noviembre, al igual que con las encuestas generales.
Es el caso de los referendos que consultaban respecto al establecimiento del derecho al aborto, que involucraban a 10 estados y sus respectivas constituciones.
La particularidad recae en cuatro de ellos: Nevada, Montana, Missouri y Arizona, donde la “ola verde” se impuso, pero en las presidenciales ganó Trump. Lo de Missouri y Arizona es aún más llamativo debido a que revirtieron una legislación ya vigente.
Los otros estados que también aprobaron esta moción, pero en los cuáles se impuso Harris, son Nueva York, Maryland y Colorado. En Dakota del Sur, Nebraska y Florida, todos del republicano, ganó el rechazo.
Nevada y Arizona son dos de los siete “swing states” o estados pendulares que se encontraban en duda en la previa a los comicios presidenciales.
El fenómeno igualmente se extiende. En Florida también ganó el “Sí” al aborto, pero no alcanzó el 60% necesario y por dicho motivo seguirá vigente la ley que no permite la interrupción del embarazo después de la sexta semana de gestación. Allí, el gobernador Ron DeSantis fue quien la impuso y quien pudo ser el segundo en la lista como candidato republicano.
Mapa electoral
La respuesta a la incógnita de los motivos que le brindaron el triunfo a Trump que apela a un rechazo a la agenda “woke” y las políticas cercanas a la izquierda por parte de los demócratas, podría quedar desestimada en parte.
Si bien, el magnate representa los valores tradicionales del norteamericano y se sube en el primer vagón del tren derechista a nivel global que enfrenta la Agenda 2030 y las ideologías de género, existirían otros factores que movieron el amperímetro electoral.
La economía, como en la mayoría de las discusiones políticas, se lleva la primera plana. Los estadounidenses se enfrentaron a una inusual inflación que en junio de 2022 alcanzó un interanual de 9,1%. A pesar de tratarse de cifras irrisorias en comparación a la tradición argentina, la interanual que en este mes de septiembre se ubica 2,4% siguió afectando la imagen del ya golpeado Joe Biden y que Kamala Harris no logró repuntar.
Este último aspecto también es de referencia. Harris no habría captado la representación necesaria dentro del Partido Demócrata. Con el 91% del escrutinio, Trump posee 72 millones de votos y no logró alcanzar los 74 millones del 2020, cuando perdió. No aparenta tratarse de un rebote republicano, sino más bien de una caída demócrata ya que Harris está a unos 14 millones de votos de los obtenidos por Biden en su triunfo.
El empujón trumpista si puede asociarse al crecimiento de la participación electoral, la cual aumentó desde su irrupción en la política, no específicamente en estos comicios. De la mano, trajo una polarización aún mayor de la sociedad norteamericana.
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