La muy conservadora Corte Suprema de Estados Unidos puso fin este viernes a una sentencia que durante casi medio siglo garantizó el derecho de las mujeres estadounidenses al aborto, pero que nunca había sido aceptada por la derecha religiosa.
La decisión permite a cada estado decidir si mantiene o prohíbe el derecho al aborto.
La muy conservadora Corte Suprema de Estados Unidos puso fin este viernes a una sentencia que durante casi medio siglo garantizó el derecho de las mujeres estadounidenses al aborto, pero que nunca había sido aceptada por la derecha religiosa.
Esta decisión no convierte en ilegales las interrupciones del embarazo, sino que hace retroceder a Estados Unidos a la situación vigente antes de la sentencia “Roe v. Wade” de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarlas o no.
En un país muy dividido es probable que la mitad de los estados, especialmente en el sur y el centro más conservadores y religiosos, podrían prohibirlas en un plazo más o menos corto.
“La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ninguno de sus artículos protege implícitamente este derecho”, escribió el juez Samuel Alito, en nombre de la mayoría. Roe v. Wade “debe ser anulado”.
“Es hora de devolver el tema del aborto a los representantes elegidos por el pueblo“, a los parlamentos locales, escribió.
“Hoy, la Corte Suprema no solo revirtió casi 50 años de precedente histórico, sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos -atacando las libertades fundamentales de millones de estadounidenses”, tuiteó por su parte el ex mandatario demócrata.
La principal organización de planificación familiar de Estados Unidos prometió seguir “luchando” por quienes lo necesitan. “Sabemos que pueden estar sintiendo muchas cosas en este momento: dolor, ira, confusión. Lo que sea que sientan está bien. Estamos aquí con ustedes y nunca dejaremos de luchar por ustedes“, dijo Planned Parenthood.
En contraste, el exvicepresidente republicano de Estados Unidos Mike Pence aplaudió la decisión.
“Devolviendo el tema del aborto a los estados y al pueblo, la Corte Suprema ha corregido un error histórico”, afirmó en Twitter este cristiano evangélico que fue el brazo derecho de Donald Trump en la Casa Blanca.