El esperado juicio por el asalto al Capitolio de Estados Unidos, perpetrado el 6 de enero de 2021 por seguidores del entonces presidente republicano Donald Trump, y en el que miembros del grupo de extrema derecha Oath Keepers tendrán que responder por "sedición", comenzó este martes en Washington.
Entre otros, el fundador del grupo, Stewart Rhodes, un exmilitar conocido por su parche ocular y sus discursos incendiarios, comparecerá junto a otros cuatro acusados durante un proceso de cinco semanas en un tribunal federal a pocos kilómetros de la sede del Congreso. Sus abogados intentaron presentar los últimos recursos procesales, incluido el de trasladar el juicio a otro lugar, pero fueron rechazados.
El proceso comenzó con la selección del jurado, que fuentes judiciales esperaban que dure al menos dos días, según la agencia de noticias AFP.
Mirá tambiénCinco ultraderechistas fueron detenidos por el asalto al Capitolio Los cinco imputados asaltaron la sede del Congreso junto a otros 1.000 partidarios de Trump en momentos en que los legisladores certificaban la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales.
Por el incidente, más de 870 personas fueron arrestadas y un centenar ya recibieron penas de prisión, en especial los que atacaron de forma violenta a policías, pero hasta ahora nadie había tenido que enfrentar el cargo de "sedición".
Castigado con 20 años de prisión, ese delito implica haber planificado el uso de la fuerza para derrocar al gobierno o para oponerse a alguna de sus leyes. Se diferencia de la insurrección, que tiene un carácter más espontáneo.
La figura de sedición fue muy poco utilizada: la última condena se emitió en 1998 contra militantes islamistas responsables del atentado con bomba contra el World Trade Center en Nueva York cinco años antes.
Mirá tambiénEstados Unidos: siete años de condena para uno de los atacantes del CapitolioEn el caso del asalto al Capitolio, los fiscales reservaron esa acusación a solo una quincena de personas, todos miembros de dos grupos paramilitares de extrema derecha, los Oath Keepers y los Proud Boys.
Rhodes y cuatro líderes regionales de su milicia -Kelly Meggs, Thomas Caldwell, Jessica Watkins y Kenneth Harrelson- son los primeros en ser juzgados bajo este cargo. Según el acta de acusación, "conspiraron para oponerse por la fuerza a la transferencia legal del poder presidencial". Rhodes es acusado de haber comenzado a reunir a sus tropas en noviembre de 2020. "No vamos a salir de esto sin una guerra civil", les escribió dos días después de las elecciones presidenciales en un mensaje encriptado.
En las semanas siguientes, según los fiscales, gastó miles de dólares en la compra de dispositivos de visión nocturna, armas y municiones, mientras sus cómplices organizaban entrenamientos en "combate no convencional" y transportes hasta Washington.
Dado que la portación de armas está estrictamente regulada en la capital estadounidense, se los acusa de almacenar una parte de su arsenal en las afueras de la ciudad con la idea de utilizarlo más adelante.
El 6 de enero de 2021, provistos con cascos y equipo de combate, marcharon hacia el Capitolio. Algunos habían formado una columna para irrumpir en el edificio y habían dado media vuelta tras recibir gas irritante.
Rhodes se mantuvo un poco más apartado, armado con una radio, con el fin de dar órdenes, mientras los Oath Keepers "estaban listos para responder a su llamado a las armas", según la acusación.
Durante el juicio, los abogados argumentarán que Rhodes y sus acólitos no querían derrocar al gobierno sino que esperaban que el mandatario republicano declarara el estado de insurrección, en virtud de una ley de 1807 que permite a los presidentes de Estados Unidos movilizar determinadas fuerzas armadas en casos excepcionales.
Para los fiscales, se trata solamente de darle "un barniz de legalidad" a sus acciones.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.