La Eurocopa Alemania 2024 se encuentra en plena fase de grupos y ya brindó infinidad de episodios violentos afuera y dentro de los estadios.
El campeonato de selecciones de la UEFA es el que tiene más partidos prohibidos. Racismo, burlas e historial bélico le dan un tinte extra al deporte de élite.
La Eurocopa Alemania 2024 se encuentra en plena fase de grupos y ya brindó infinidad de episodios violentos afuera y dentro de los estadios.
Con otros detonantes, Europa se vuelve, irónicamente, en uno de los continentes con mayor cantidad de partidos prohibidos y peligrosidad en las previas de los partidos. Dejando de lado los intereses económicos y negociados que acostumbran las barras latinoamericanas, el nacimiento de la violencia en estos torneo apela a historias nacionales.
Racismo, xenofobia, humor negro, conquistas y luchas de independencia encuentran el fútbol como espacio de manifestación.
Uno de los hechos más preocupantes fue el cruce entre hinchas de Inglaterra y Serbia. En Alemania se había alertado por la posible llegada de 500 serbios, algunos de ellos buscados por la Interpol.
El domingo 16 de junio se cruzaron frente a un bar de la ciudad de Gelsenkirchen, con testigos que aseguraron que hubo presencia de albaneses. De la trifulca participó incluso Danilo Vučić, hijo de Aleksandar Vučić, presidente de Serbia desde 2017.
Albania también da que hablar en varios cruces europeos. Su estrecha relación con Kosovo por la unión cultural y territorial reforzada tras la guerra de los Balcanes repercute a la hora de verse las caras con los serbios.
El tema Kosovo es sensible para otras selecciones como Suiza. Xherdan Shaqiri, una de sus principales figuras, y gran parte de la población, son nacidos en territorio kosovar. La tensión entre suizos y serbios se vivió en los partidos de los mundiales Rusia 2018 y Qatar 2022.
Los hinchas de Serbia no escaparon de este intercambio en las gradas durante el partido ante Eslovenia al gritar: "Matar, masacrar, para que los albaneses no existan".
La ensalada de tensiones en los Balcanes, con Albania como el país más revulsivo, tuvo agreciones contra Macedonia del Norte, otra selección que tampoco participa de la competición al igual que Kosovo. El reclamo de los albanos se remonta al 2001, año en el que una serie de intercambios con armas de fuego agravaron los reclamos por mayor reconocimiento de los miembros de esta comunidad presentes en territorio macedonio.
El conflicto milenario entre Turquía y Georgia, que parecía encontrar una instancia pacífica gracias a los acuerdos comerciales y estratégicos de ambos países, se retomó este martes 18 de junio en el duelo por la fase de grupos.
En la previa al partido, dentro del estadio, hubo golpes de puño y lanzamientos de proyectiles. En el post, en una Fan Zone, también se dio una pelea grupal.
La Batalla de Didgori, ocurrida en agosto de 1121, es uno de los eventos claves en la historia de los georgianos y representa la reconquista de su actual capital Tiflis ante el turco-persa Imperio selyúcida.
Fuera de motivos nacionalistas, al menos en primera instancia, un hombre fue reducido con disparos de arma de fuego en Hamburgo el domingo 16 de junio tras aparecer en la Fan Zone de Países Bajos con un hacha y una bomba molotov.
Sin apelar a la violencia física, en el duelo ante Ucrania, los rumanos corearon desde las tribunas del Fußball Arena München el nombre de Vladimir Putin, el dictatorial presidente de Rusia que encabeza la invasión en el este europeo.
En otro plano, los propios rumanos son víctimas de una serie de chistes y memes xenófobos por parte de los españoles en redes sociales, los cuales han tomado masividad y naturalizado. Los más de medio millón de inmigrantes de Rumanía en el país ibérico son tratados en forma generalizada de delincuentes y violentos.
La cuestión interna ucraniana tuvo su episodio este viernes en el juego contra Eslovaquia, cuando en los primeros minutos del primer tiempo se observó en el centro del campo una bandera con la leyenda "Give us elections" (Danos elecciones), en referencia al periodo presidencial de Volodimir Zelenski que finalizó el pasado 20 de mayo de manera formal, pero se extendió al encontrarse en "contexto de guerra".
Justamente los rusos se encuentran vetados de todas las competiciones en represalia por la guerra en Ucrania.
Situación similar que vivió Yugoslavia en 1992, sancionada previo a su disolución por la tensión en los Balcanes. La expulsión no pasó desapercibida ya que dio lugar a Dinamarca, que se quedaría luego con el trofeo ese año. En esta edición, la disuelta Unión Soviética participó como Comunidad de Estados Independientes.
Las complicaciones para llevar a adelante el torneo se dieron desde el origen. La primera edición en 1960, 44 años después del debut de la Copa América como Campeonato Sudamericano, tuvo sólo la aprobación de 17 de 33 asociaciones.
Las vigentes tensiones entre varios países del continente provocaron la ausencia de seleccionados como Italia, Alemania Federal o Inglaterra. En el caso de España, participaron de forma inicial, pero fueron eliminados en cuartos de final tras la prohibición de Francisco Franco de viajar a la Unión Soviética. Justamente estos últimos alzaron la copa.
Cuatro años más tarde, Madrid sería sede de la final entre españoles y soviéticos con el propio Franco en los palcos.