Estados Unidos busca un nuevo paradigma para su reglamentación alimentaria
La FDA quiere que los alimentos cumplan con los límites exigidos para grasas saturadas, sal y azúcares añadidos
Estados Unidos busca un nuevo paradigma para su reglamentación alimentaria
Martes 11.10.2022
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Última actualización 20:49
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) del Gobierno estadounidense acaba de proponer una nueva definición de lo que es saludable en alimentación. El nuevo significado se aplicará a la información que aparece en las etiquetas nutricionales de los alimentos procesados. Por poner dos ejemplos de lo que entra y de lo que sale de esa definición, a partir de ahora el salmón y los aguacates se consideran alimentos sanos, cuando antes no lo eran por su alto contenido en grasas, y los cereales con azúcares añadidos, que sí se tenían por saludables, dejan de considerarse así.
Además, la FDA ha anunciado que está desarrollando un símbolo gráfico que los fabricantes de alimentos procesados podrán utilizar para señalar sus productos como saludables cuando estos cumplan los nuevos requisitos fijados por el Gobierno, y una nueva etiqueta nutricional que deberá ir en la parte frontal y no, como sucede ahora, en la parte posterior o lateral. La Casa Blanca ha anunciado que el nuevo sistema nutricional propuesto por la FDA se comunicará en los alimentos a través de símbolos fácilmente identificables por los consumidores, como “una clasificación por estrellas o un sistema de semáforos”.
El nuevo sistema de información nutritiva estadounidense contempla dos vertientes. Por un lado, los nuevos alimentos saludables deben contener una cantidad “significativa” de nutrientes de al menos uno de los grupos o subgrupos recomendados por las pautas alimentarias, como frutas, verduras o lácteos. Y, además, deben cumplir con los límites exigidos para grasas saturadas, sodio (sal) y azúcares añadidos; por eso, el pan blanco tampoco puede considerarse saludable en esta nueva guía.
El sistema estadounidense tiene en cuenta el tipo de alimento a la hora de establecer los límites nutricionales: el límite máximo de grasa está en función del tipo de alimento que se está considerando.
El comunicado de la FDA que anuncia la nueva acepción de alimento saludable incide en los efectos para la salud que tienen los que no lo son. “Más del 80% de las personas en Estados Unidos no consume suficientes frutas, verduras y productos lácteos. Y la mayoría de ellas consume excesivos azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio”. Según los propios datos del Gobierno estadounidense, “el sobrepeso y la obesidad, que están asociados con conductas de alimentación y actividad física deficientes, son los principales contribuyentes a las enfermedades crónicas en Estados Unidos. La obesidad aumenta el riesgo de morbilidad por enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la enfermedad coronaria y algunos tipos de cáncer, y también se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas”.
Según los datos que aporta la propia FDA en la presentación de la nueva etiqueta saludable, “en 2019, el 42% de los adolescentes y el 39% de los adultos dijeron que comían fruta menos de una vez al día, mientras que el 41% de los adolescentes y el 21% de los adultos dijeron que comían vegetales menos de una vez al día”. Y eso es lo que quiere cambiar el Gobierno americano.
La FDA lanzó su primera definición de alimentos saludables en el año 1994, pero desde entonces han cambiado las pautas alimentarias unidas a los avances en la investigación nutricional. En 2016, la agencia estadounidense para los alimentos y los medicamentos inició el proceso para la actualización de lo que se considera saludable en alimentación que ahora culmina. Pero este trabajo tuvo un parón, ya que durante la presidencia de Donald Trump se prohibió al comité encargado de marcar las pautas alimentarias del país que se consideraran los efectos sobre la salud de las carnes rojas, la sal y los alimentos ultraprocesados. La Administración de Joe Biden, por el contrario, reactivó la adecuación científica de las etiquetas nutricionales que ahora llega a los consumidores estadounidenses.