Días después de sufrir un violento ataque Luz Raquel Padilla Gutiérrez, de 35 años y madre de un niño con autismo, falleció con el 80 por ciento de su cuerpo quemado. Las declaraciones e investigaciones apuntan a que el asesinato fue cometido por vecinos de la mujer, que no toleraban a su hijo.
El hecho ocurrió en México, en la zona metropolitana de Guadalajara. Allí, los medios locales lograron conocer que al menos cinco personas se acercaron a Gutiérrez para rociarle alcohol y prenderla fuego. De acuerdo a los primeros datos, habría sucedido en un parque público cercano a la casa de la víctima.
Mirá tambiénUn alumno con autismo fue elegido por sus compañeros como abanderado para el 9 de Julio en Buenos AiresLos agresores eran cuatro hombres y una mujer, quienes estaban esperando a la víctima en el lugar del hecho y escaparon tras realizar el ataque, según testigos. La mujer pedía ayuda constante en redes por las amenazas que recibía a diario, pero nadie la escuchó.
A mediados de mayo, Gutiérrez mostró las amenazas que recibió a través de pintadas en la escalera de su edificio, donde los vecinos no toleraban los ruidos y las crisis que padecía su hijo de 11 años. “¡Hasta cuándo voy a tener que vivir con miedo de que me pueda pasar algo y a mi familia, y mi agresor sigue campante por la ciudad con el peligro de seguir haciendo daño!”, declaró tras las amenazas de muerte que advertían: “Te voy a quemar viva”.
Al igual que ella, la agrupación #YoCuido, activista por el derecho de las personas con autismo que necesitan cuidado ayudaron a difundir el caso de esta mujer cuando comenzaba a ser amenazada. Tras conocer el trágico desenlace, publicaron un comunicado en el que aseguran que el ataque está íntimamente relacionado con la condición de su hijo, por lo que debe ser condenado como un crimen de odio por motivos de discapacidad.
En el mismo escrito, la agrupación, de la que Luz también era parte, asegura que muchas personas siguen sin comprender las formas de actuar de un niño con autismo, el cual puede “gritar, llorar, agredir o agredirse a sí mismo de manera involuntaria”
Dos días antes del brutal ataque, una vecina había llamado a la policía para enviar un patrullero al departamento de Gutiérrez, debido a que su hijo se encontraba en medio de una crisis. Ante esto, tuiteó: “Cómo es posible que a un menor con autismo y epilepsia por tener una o varias crisis por patear y pegar en paredes mi vecina le mande una patrulla, ya quisiera ver a los oficiales contener sin lastimar aún así pedían verlo, vulnerando derechos”.
Gutiérrez, a quien la policía le negó la protección, advertía sobre todo lo que le podía pasar desde hacía meses; pero nadie intervino. Ahora, solicitan la intervención del gobernador y del presidente municipal, para garantizar la protección del menor con autismo que estaba a cuidado de su abuela y tías tras el ataque fatal.
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