Tras el resultado del plebiscito del pasado domingo, Chile inicia el camino hacia una nueva Constitución Nacional. El rotundo “apruebo” fue el puntapié inicial para comenzar a enterrar el legado político de la dictadura de Pinochet.
Tras el resultado del plebiscito del pasado domingo, Chile inicia el camino hacia una nueva Constitución Nacional. El rotundo “apruebo” fue el puntapié inicial para comenzar a enterrar el legado político de la dictadura de Pinochet.
Pero este hecho no es histórico sólo porque representa el triunfo del pueblo chileno y la democracia. En la misma votación popular se estableció que una Convención Constitucional conformada 100% de manera paritaria sea la responsable de encarar el proceso de modificación de la Carta Magna.
Este hecho inédito representa el triunfo de los movimientos feministas, que luego de una larga lucha lograron en marzo la aprobación de un proyecto que establecía la paridad de género en una eventual Convención Constitucional.
Se trata de un órgano que estará integrado por 155 miembros los cuales serán 100% electos por la ciudadanía el 11 de abril de 2021, misma fecha contemplada para la elección de alcaldes, concejales, cores y gobernadores regionales.
La composición de la convención constitucional será totalmente paritaria, es decir, ningún género podrá tener más de un 50% + 1 de la instancia o, llevándolo a números, podrá haber un máximo de 78 hombres o mujeres electos. Adicionalmente, se destinarán cupos especiales para pueblos originarios.
De esta manera, las mujeres chilenas tendrán por primera vez en la historia iguales posibilidades que los hombres de participar en la redacción de una nueva Constitución, hito que cobra aún más relevancia si se tiene en cuenta la baja representación política femenina en el vecino país (menos del 20% en el actual Congreso).