El fiscal general y secretario de Justicia de Estados Unidos, William Barr, rechazó este martes la existencia de un "racismo sistémico" en la policía durante una encendida audiencia ante la Comisión Judicial de la cámara baja, en la que la oposición cuestionó la instrumentalización de su departamento a favor del presidente Donald Trump.
"No estoy de acuerdo con que haya un racismo sistémico en los departamentos de Policía de este país", dijo Barr, tras la consulta de una congresista demócrata sobre si consideraba al asesinato a manos de un agente blanco del afroestadounidense George Floyd en mayo pasado como prueba de este problema.
Si bien el fiscal general reconoció que había incidentes racistas contra la población negra, consideró "excesivo" calificarlos como consecuencia de un racismo arraigado en la fuerza pública, reportó la cadena CNN.
"Parece mucho más probable que el problema surja de una compleja combinación de factores, que pueden abordarse con atención focalizada a lo largo del tiempo”, esgrimió.
En su declaración, Barr rechazó "la demonización de la policía" y criticó a los "violentos alborotadores y anarquistas" que usurparon protestas legítimas para causar daño a "víctimas inocentes", las mismas palabras usadas por Trump para referirse a los manifestantes que marchan contra el racismo y la brutalidad policial en todo el país desde la muerte de Floyd.
"No hay trabajo más difícil en Estados Unidos hoy que ser un oficial de policía", opinó.
El presidente de la comisión, el demócrata Jerry Nadler, cuestionó el despliegue de tropas federales para reprimir las protestas y algunos disturbios en distintas ciudades del país y le preguntó a Barr si las estaban usando como "puntal" para la reelección de Trump, quien defiende una política de "ley y orden".
Esta acusación fue rechazada por el secretario de Justicia, quien afirmó que los oficiales federales fueron enviados para proteger los edificios federales "bajo ataque" y combatir la violencia y el crimen.
En tanto, el legislador demócrata por Georgia, Hank Johnson, apuntó contra el funcionario por ayudar al entorno del presidente a evitar las condenas por su rol en la supuesta interferencia rusa en las últimas elecciones de 2016.
En concreto, Johnson se refirió a la conmutación a principios de mes de la pena de cárcel a Roger Stone, asesor y amigo de Trump, y al cierre del caso contra el primer asesor de seguridad nacional del mandatario, Michael Flynn, quien se declaró culpable en 2017 de mentir al FBI sobre sus contactos con Rusia.
"Estoy de acuerdo en que los amigos del presidente no merecen descansos especiales, pero tampoco merecen ser tratados con más dureza que otras personas y, a veces, es una decisión difícil de tomar, especialmente cuando sabes que vas a ser castigado por ello ", se defendió Barr.
"¿Crees que es justo que un hombre de 67 años sea enviado a prisión entre siete y nueve años?", agregó.
Pese a estos comentarios, los demócratas de la comisión ampliaron los cuestionamientos a su gestión y acusaron a Barr de usar la justicia a favor del presidente.
"Su mandato está marcado por una guerra persistente contra el núcleo profesional del departamento (de Justicia) en un aparente esfuerzo por asegurar favores para el Presidente", sentenció Nadler y agregó: "El mensaje que envían estas acciones es claro: en este Departamento de Justicia, los enemigos del presidente serán castigados y sus amigos estarán protegidos, sin importar el costo."