La Dirección General de Salud (DGS) de Francia reportó este jueves 2.669 nuevos casos de coronavirus, casi el doble que los registrados el martes pasado, y alcanzaron los números más elevados desde mayo, cuando el país comenzó la reapertura con la flexibilización de restricciones para contener la pandemia.
El número de contagios volvió a aumentar un día más: los 2.669 nuevos positivos de hoy superaron a los 2.524 de ayer, casi duplicaron los 1.397 del martes, en lo que son las cifras más elevadas desde mayo.
Un elemento que preocupa a las autoridades de la salud es que la tasa de positivos en relación con los test realizados sigue en línea ascendente, y en una semana subió al 2,3 %, lo que significa una décima más que la cifra divulgada el miércoles, informó la agencia de noticias EFE.
A partir de mediados del mes pasado todos los indicadores demostraron un aumento de la circulación del coronavirus, con cerca de 400 positivos diarios, con especial incidencia en jóvenes adultos de 20 a 30 años.
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Actualmente la cartera de Salud tiene identificados 233 focos que son objeto de seguimiento, de los cuales 28 se detectaron en las últimas 24 horas.
En tanto, 18 personas murieron en el último día solo en hospitales, ya que las cifras de las residencias no se actualizan todos los días, y el país suma un total de 30.338 decesos desde el comienzo de la epidemia, informó el Ministerio de Salud francés.
Francia registra un total de 244.096 personas contagiadas desde el inicio de la pandemia, según datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins.
Del total de positivos, 4.864 están hospitalizados, lo que marca una leve disminución en comparación con las 5.012 del martes y las 4.891 de ayer.
Lo mismo ocurre con los ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos, ya que disminuyen hasta 374 hoy, cinco menos que ayer.
Cuando el gobierno galo tomó la decisión a mediados de mayo de flexibilizar las restricciones, el país contaba con 181.700 casos y 28.135 muertos, es decir que en tres meses se sumaron 62.396 nuevos casos y 2.237 muertos.
Después de las directrices dadas el martes por el primer ministro francés, Jean Castex, para extender la obligatoriedad del tapabocas en los espacios públicos exteriores más transitados, un nuevo frente que se abre ahora en el debate sobre la forma de contener la epidemia es su utilización en los centros de trabajo, informó EFE.
Castex encargó el martes a la ministra de Trabajo, Elisabeth Borne, y al secretario de Estado de las Pensiones y de la Salud en el Trabajo, Laurent Pietraszewski, que inicien conversaciones con las organizaciones patronales y sindicales para modificar los protocolos actuales, algo que debería suceder a partir de la semana próxima.
El gobierno de Emmanuel Macron dispuso la obligatoriedad del uso del tapabocas para personas mayores de 11 años en zonas de mucha concurrencia de París y de la región homónima desde el lunes de esta semana, con el fin de frenar la expansión de los contagios.