El gobierno de Francia prohibió este martes la técnica de estrangulamiento en las detenciones policiales y prometió “tolerancia cero” y suspensión inmediata de los oficiales involucrados en actos racistas, luego de que las protestas en Estados Unidos funcionaran como un catalizador de manifestaciones similares en el país.
La policía francesa quedó en la mira por un nuevo informe forense difundido la semana pasada que atribuyó la muerte de un joven negro en 2016 a la brutalidad policial.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, aseguró que “ningún racista puede llevar dignamente el uniforme de policía o de gendarme” en Francia, según reprodujo Radio Francia Internacional en su página web.
En paralelo, el primer ministro francés, Édouard Philippe, visitó hoy una comisaría de Évry, en el sur de París, para calmar el descontento que existe entre los policías, tras ser de denunciados por violencia y racismo, no solo por grandes sectores de la sociedad, sino también de dirigentes políticos que simpatizaron con las protestas.
“Su misión es indiscutiblemente difícil, a menudo se enfrentan a las tensiones, amenazas y riesgos y son objeto de ataques físicos”, los respaldó Philippe, quien resaltó que así como se les debe respeto y confianza, “tiene que haber igualmente un deber de exigencia”, citó la agencia de noticias EFE.
Tras la muerte de George Floyd y las protestas que esto desató en Estados Unidos, los manifestantes franceses volvieron a salir a las calles a denunciar similitudes entre los dos sistemas policiales y criticaron el racismo estructural de las fuerzas de seguridad.
En las últimas horas, se filtraron audios de grupos de policías en redes sociales con comentarios racistas, antisemitas y homófobos.
Durante 2019, hubo 29 denuncias de racismo contra policías, ocho de ellas se archivaron y 21 fueron enviadas a la Justicia, sin que los policías implicados fueran suspendidos en el proceso, informó el propio Castaner.
El ministro espera que a partir de ahora cuando se confirmen la sospechas de racismo contra un agente, se lo aparte inmediatamente del cuerpo.
El gobierno francés también espera un cambio importante con la prohibición del método de estrangulamiento durante las detenciones, una toma que también dejará de enseñarse en las academias de policía.
Además, a partir de ahora queda prohibido que un policía o gendarme se apoye sobre la nuca o cuello de un detenido para mantenerlo inmovilizado en el suelo.
El gobierno galo también reformará la policía de policías, el organismo que se encarga de investigar los abusos de los agentes del propio cuerpo policial, reforma que ya se planteó en otras oportunidades.
En enero pasado, hubo un gran debate público tras la muerte de Cédric Chouviat, un mensajero de 42 años que falleció de un paro cardíaco tras ser asfixiado en el suelo durante un control policial en París.
Sin embargo, el ministro no se refirió a la técnica usada para inmovilizar a Chouviat, que consiste en mantener por la fuerza a alguien boca abajo.
Tampoco se refirió al caso de Adama Traoré, el joven afrodescendiente de 24 años que murió en 2016 bajo custodia policial en la afueras de París, según confirmó el reciente informe forense publicado.
Los agentes que detuvieron a Traoré fueron exonerados pero ahora la fiscalía reactivó el caso.
Otro caso que provocó un escándalo fue el de Gabriel, un joven de 14 años, detenido cuando se disponía a robar una moto en las afueras de la capital francesa, que terminó hospitalizado y operado tras recibir patadas en la cabeza por parte de la policía.