El papa Francisco anunció este jueves "cambios" en "el corto, mediano y largo plazo" en la iglesia chilena, al cabo de una ronda de encuentros con los obispos de ese país a los que convocó al Vaticano por el escándalo mundial de los abusos sexuales que involucran a religiosos católicos.
"Les agradezco la plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar en el corto, mediano y largo plazo, necesarios para restablecer la justicia y la comunión eclesial", les dijo el pontífice a los 34 obispos que con los que se reunió cuatro veces entre el martes y esta tarde.
"Después de estos días de oración y reflexión los envío a seguir construyendo una Iglesia profética, que sabe poner en el centro lo importante: el servicio a su Señor en el hambriento, en el preso, en el migrante, en el abusado", los convocó en una carta que le dio impresa a cada uno de los religiosos y que reprodujo el Vaticano en un comunicado.
Francisco recibió durante tres días a 31 obispos en funciones y tres eméritos para reflexionar sobre los casos de abusos sexuales y encubrimientos que rodearon a la Iglesia del país trasandino en los últimos años y que habían afectado con fuerza la visita de Jorge Bergoglo, en enero último.
"Les quiero agradecer que hayan acogido la invitación para que, juntos, hiciéramos un discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el trabajo de la Iglesia de Chile en los últimos años", les recordó en la misiva que les entregó este jueves.
"A la luz de estos acontecimientos dolorosos respecto a los abusos -de menores, de poder y de conciencia-, hemos profundizado en la gravedad de los mismos así como en las trágicas consecuencias que han tenido particularmente para las víctimas", expresó.
"A algunas de ellas yo mismo les he pedido perdón de corazón, al cual ustedes se han unido en una sola voluntad y con el firme propósito de reparar los daños causados", agregó, recordando el encuentro que tuvo el mes pasado con tres de las víctimas.
Este jueves por la mañana, Jordi Bertomeu, el sacerdote catalán que investigó los casos de pedofilia y encubrimiento en la Iglesia chilena a pedido del papa Francisco, había afirmado que se esperan "medidas concretas en el corto plazo" tras la serie de reuniones que el pontífice mantuvo esta semana con los religiosos del país trasandino en el Vaticano.
"Yo creo que habrá medidas concretas de corto plazo. El Papa es un hombre de palabra y si lo dijo, las habrá", afirmó este jueves Bertomeu antes de que se iniciara el tercer encuentro entre Jorge Bergoglio y los obispos chilenos.
"Es de esperar alguna conclusión que sea importante. Se darán puntos de reflexión, y es cierto que estamos ante un momento muy particular de la iglesia universal, no solo para Chile", agregó en diálogo con periodistas Bertomeu, quien participó de la misión que Francisco envió a Chile en febrero último para recoger testimonios de víctimas de abusos, y que fueron incluidas en el denominado "informe Scicluna".
Francisco comenzó el martes último en el Vaticano una serie de reuniones con los obispos chilenos, luego de su cambio de postura sobre las denuncias de encubrimiento que afectaron a la Iglesia chilena, y especialmente al obispo de Osorno, Juan Barros.
"El Papa nos escuchó y hubo un diálogo que fue muy interesante, muy profundo, estamos muy contentos", aseveró este miércoles luego del encuentro el vocero de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos.
Las reuniones en un salón del Aula Pablo VI del Vaticano se dieron en el contexto del reciente cambio de postura de Francisco sobre las acusaciones de encubrimiento que pesan contra el obispo de Osorno, acusado de haber escondido los ataques sexuales del párroco Fernando Karadima a tres seminaristas.
Antes de iniciar las reuniones, los religiosos reconocieron que llegaban "con dolor y vergüenza" a la cita.
En abril, Bergoglio reconoció en una carta a los obispos chilenos sus errores en el caso Barros y luego recibió en el Vaticano a los tres principales denunciantes del obispo: Juan Carlos Cruz, James Hamilton y Juan Carlos Murillo, todos víctimas de Karadima.
La reunión de esta semana, había adelantado la Santa Sede, buscaba "el estudio de los cambios adecuados y duraderos que impidan la repetición de actos siempre reprobables".
El Papa dio un notorio giro en su posición sobre el caso Barros, a quien le había rechazado la renuncia dos veces, luego de enviar a Chile un equipo del Vaticano para recoger testimonios de las víctimas de Karadima que acusan al obispo de Osorno.
Las conclusiones de ese equipo, que integró Bertomeu, formaron parte del material de discusión de los encuentros de esta semana, a los que se agregó un texto escrito por Francisco para promover "el discernimiento y la oración".