Dos presos se fugaron de la Penitenciaría Federal de Mossoró, en el estado brasileño de Rio Grande do Norte, en la primera vez que reclusos consiguieron escapar de una de las cinco cárceles de máxima seguridad del país, informó este miércoles la prensa local.
Los prófugos son Rogério da Silva Mendonça y Deibson Cabral Nascimento, vinculados al Comando Vermelho, el mayor grupo criminal de Brasil.
La fuga se conoció por la mañana y la Policía Federal, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y las autoridades de Río Grande do Norte trabajaban para localizar a los reclusos, según la agencia estatal de noticias Brasil.
El secretario nacional de Políticas Penales, André Garcia, viajó a Mossoró para seguir de cerca la investigación, según la agencia Sputnik.
De acuerdo con datos preliminares, los fugitivos son Rogério da Silva Mendonça y Deibson Cabral Nascimento, vinculados al Comando Vermelho, el mayor grupo criminal de Brasil.
Por su parte, el Gobierno de Rio Grande do Norte informó que estaba en contacto con las secretarías de Seguridad Pública de los estados de Paraíba y de Ceará para reforzar la seguridad el límite entre esas jurisdicciones.
La Secretaría Nacional de Políticas Penales, del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, responsable de la coordinación del sistema penitenciario federal, señaló en su sitio web que "nunca hubo fuga, rebelión o entrada de materiales ilícitos" en las unidades penitenciarias federales.
"Máxima seguridad"
En Brasil funcionan cinco penitenciarías federales clasificadas como prisiones de máxima seguridad.
Cada unidad cuenta con un avanzado sistema de vigilancia con grabación de sonido ambiente y monitorización de vídeo que se replica en tiempo real en la sede de la Senappen en Brasilia.
Comando Vermelho
El Comando Vermelho, conocido como CV, es uno de los grupos criminales más prominentes y peligrosos de Brasil, con una presencia significativa en el ámbito internacional. Fundado en la década de 1970 en la prisión de Ilha Grande, este grupo criminal tiene sus raíces en el sistema penitenciario y ha evolucionado hasta convertirse en una organización criminal transnacional.
El Comando Vermelho se ha ganado una reputación infame por su participación en una amplia gama de actividades ilícitas, que incluyen el tráfico de drogas, la extorsión, el secuestro y el control de territorios urbanos a través de la violencia. Su influencia se ha extendido más allá de las fronteras brasileñas, llegando a otros países de América Latina y Europa.
Una de las características distintivas del Comando Vermelho es su estructura organizativa jerárquica y su disciplina interna. La organización está dividida en facciones y tiene un código de conducta estricto que castiga severamente la traición o la desobediencia.
La lucha por el control del lucrativo negocio del narcotráfico ha llevado a conflictos violentos con otras organizaciones criminales, como el Primer Comando de la Capital (PCC), generando una escalada de violencia en las calles de Brasil y más allá.
En Argentina, la presencia del Comando Vermelho ha suscitado preocupaciones en las autoridades, ya que su expansión puede tener consecuencias directas en la seguridad nacional.
La cooperación internacional es esencial para abordar esta amenaza, y se requieren esfuerzos coordinados entre los países afectados para combatir eficazmente las actividades del Comando Vermelho y otras organizaciones similares.