El Litoral
Ahora que los yihadistas han sido expulsados de gran parte de la región, las ambiciones independentistas de los kurdos los han confrontado con el gobierno central de Irak, al que acusan de declarar una guerra en su contra.
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BBC Mundo
La corresponsal de la BBC en Irak, Orla Guerin, identificó en la entrada de Kirkuk (Irak) una gran estatua de un combatiente peshmerga (término usado por los kurdos para referirse a los combatientes kurdos armados).
No hace tanto tiempo que los combatientes kurdos y las fuerzas iraquíes estaban unidos combatiendo un enemigo común: el autodenominado Estado Islámico que tenía bajo su control grandes franjas de territorio en Irak. Pero ahora que los yihadistas han sido expulsados de gran parte de la región, las ambiciones independentistas de los kurdos los han confrontado con el gobierno central de Irak, al que acusan de declarar una guerra en su contra.
El enfrentamiento se vio recrudecido en septiembre pasado, cuando se celebró en la región semiautónoma del Kurdistán, en el norte de Irak, un referéndum sobre la independencia. El voto, al que se opuso gran parte de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos y las dos potencias regionales vecinas Turquía e Irán, fue declarado ilegal por Bagdad. Desde entonces se han incrementado las tensiones en una de las regiones más volátiles del mundo.
El domingo, las fuerzas iraquíes lanzaron lo que llamaron una "gran operación" para recuperar las posiciones que los kurdos tomaron del Estado Islámico en Kirkuk y sus lucrativos campos petroleros. Kirkuk, en el noreste del país, limita con la región del Kurdistán y la reclaman tanto los kurdos como el gobierno central. Se estima que la mayoría de su población es de origen kurdo, pero en su capital también hay una importante comunidad árabe y turcomanos. Casi sin encontrar resistencia, los iraquíes ocuparon Kirkuk, que había estado bajo control de los kurdos desde 2014, cuando expulsaron a los combatientes de Estado Islámico.
El gobierno iraquí afirmó que los combatientes kurdos "se habían retirado sin combatir", pero surgieron informes de enfrentamientos e intercambio de artillería al sur de la ciudad y se dijo que miles de residentes estaban huyendo de la zona. La operación de las fuerzas iraquíes, además de suponer un golpe para las aspiraciones independentistas kurdas, también lo es para su economía. El conflicto entre el gobierno de Irak y los kurdos no es nuevo pero, tal y como señalan los expertos, tras el referéndum independentista de septiembre pasado, Bagdad está bajo presión para reafirmar sus derechos en la provincia, donde están ubicadas cerca del 10% de las reservas de petróleo del país.
"Estas son las jugadas iniciales que amenazan con convertirse en un nuevo conflicto en Irak", explicó Jonathan Marcus, corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC."Es la batalla por el control del territorio recuperado de EI. Y decir que las cosas están muy complicadas es un eufemismo", agregó.
"Los kurdos se sienten incentivados por el reciente referéndum y el enorme voto por la independencia kurda. Y el gobierno de Bagdad considera que simplemente está tratando de restaurar el estatus quo que reinaba en el país antes del surgimiento de EI".