Un grupo de soldados dirigidos por el capitán del Ejército de Burkina Faso Ibrahim Traoré dio este viernes un golpe de Estado y derrocó al líder de la junta militar que dirigía el país, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
Se decretó la disolución del Gobierno y la Asamblea Legislativa de Transición, el establecimiento de un toque de queda, el cierre de las fronteras nacionales y la suspensión de toda actividad política y de la sociedad civil.
Un grupo de soldados dirigidos por el capitán del Ejército de Burkina Faso Ibrahim Traoré dio este viernes un golpe de Estado y derrocó al líder de la junta militar que dirigía el país, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
En un mensaje dirigido a la nación en la televisión estatal RTB, los golpistas acusaron a Damiba de desviarse del ideal del Movimiento Patriótico de Salvaguarda y Restauración (MPSR), nombre de la junta que tomó el poder en el golpe cometido el pasado 24 de enero.
Tras una jornada de confusión marcada por una sublevación militar y disparos en zonas estratégicas de la capital, Uagadugú, los nuevos golpistas, que aún dicen pertenecer al MPSR, anunciaron varias medidas como la suspensión de la Constitución y de la Carta de Transición.
Asimismo, los militares encabezados por Traoré, nuevo hombre fuerte del país, decretaron la disolución del Gobierno y la Asamblea Legislativa de Transición y el establecimiento de un toque de queda de las 21:00 hora local (misma GMT) a las 05:00 hora local.
Ordenaron, igualmente, el cierre de las fronteras nacionales hasta nuevo aviso y la suspensión de toda actividad política y de la sociedad civil.
“Las fuerzas vivas de la nación serán convocadas en breve para adoptar una nueva Carta de la Transición y para designar un nuevo Presidente de (Burkina) Faso, civil o militar”, indicaron.
La comparecencia televisiva de los militares se produjo horas después de que la Presidencia burkinesa asegurara que mantenía conversaciones con los militares que se sublevaron esta madrugada con el objetivo de restablecer la calma en el país africano.
El portavoz del Ejecutivo burkinés, Lionel Bilgo, declaró a la televisión local BF1 que “ningún miembro del Gobierno ha sido detenido”, después de que algunos rumores apuntaran al posible arresto de Damiba. “Se trata de una crisis interna en el Ejército y se sigue discutiendo en el seno del mismo para encontrar una solución sin escollos”, agregó Bilgo.
Un teniente del Estado Mayor indicó que Damiba “se encuentra en un lugar seguro” y que “está bien”, pero rechazó responder a más cuestiones argumentando que la situación es volátil.
Burkina Faso se encontraba en una situación incierta después de que militares ocuparan desde esta madrugada varias zonas estratégicas de Uagadugú. De acuerdo con medios locales, detrás de este movimiento estaban soldados descontentos de las Fuerzas Especiales que son integrantes de la unidad Cobra.
Según constató EFE, los soldados se hallaban presentes en los alrededores de la televisión nacional (cuya señal se cortó), la céntrica rotonda de Naciones Unidas; en la avenida Kwame Nkrumah, donde está la sede de la Unión Europea, y en el barrio residencial Ouaga 2000.
En el centro de la capital,se pudo ver a ciudadanos aplaudiendo a los soldados que custodiaban ciertas calles, así como a manifestantes que portaban banderas rusas (mercenarios rusos ayudan al vecino Mali en la lucha antiyihadista) y pedían a los militares sublevados el derrocamiento de Damiba.
También se escucharon detonaciones de madrugada en el campo militar General Baba Sy, donde comenzó el pasado 24 de enero el golpe de Estado liderado por Damiba, y que más tarde dieron paso al sonido de tiros esporádicos.
Estas circunstancias tuvieron lugar después de que el pasado 26 de septiembre un convoy de suministros que iba escoltado por el Ejército burkinés fuera atacado por terroristas cerca de la norteña ciudad de Gaskindé. El balance provisional oficial fue de once cadáveres de militares encontrados, 28 heridos (20 de ellos soldados, un voluntario por la defensa de la patria -civiles que colaboran con las Fuerzas Armadas- y 7 civiles) y unos cincuenta civiles desaparecidos.
También este jueves acaeció una protesta en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, en la que los manifestantes portaban pancartas donde podía leerse “Damiba dimisión” o “Queremos la paz”.
Burkina Faso soporta frecuentes atentados yihadistas desde abril de 2015, cometidos por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico, cuyas acciones afectan a diez de las trece regiones del país, especialmente al norte.
La inseguridad ha provocado que el número de desplazados internos en Burkina Faso ascienda ya a casi dos millones de personas.
En noviembre de 2021, un ataque contra un puesto de la Gendarmería causó 53 muertos (49 gendarmes y 4 civiles), lo que generó un gran descontento social que se tradujo en fuertes protestas para exigir la dimisión del presidente burkinés, Roch Marc Christian Kaboré.
Unos meses después, el 24 de enero, los militares liderados por Damiba tomaron el poder en un golpe de Estado -el cuarto en África occidental desde agosto de 2020- y depusieron al presidente.
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