Desde el pasado miércoles 26 de julio, Níger, nación de África Occidental, atraviesa un contexto de golpe de estado, el cuarto en su historia tomando en cuenta el inicio de la aplicación efectivaba de la independencia en 1960.
Una posible intervención externa en el país desataría la participación de al menos otras 13 naciones.
Desde el pasado miércoles 26 de julio, Níger, nación de África Occidental, atraviesa un contexto de golpe de estado, el cuarto en su historia tomando en cuenta el inicio de la aplicación efectivaba de la independencia en 1960.
El mismo fue liderado por el general Abdourahamane Tchiani, jefe de la poderosa Guardia Presidencial, un grupo con características paramilitares que se proclamó como nuevo dirigente del país de África occidental. El mismo se encuentra separado de las Fuerzas Armadas de Níger.
El propio Tchiani, quien mantiene retenido en el Palacio Presidencial al presidente Mohamed Bazoum, se autoproclamó nuevo mandatario del país.
El motivo del levantamiento armado y la toma del poder se debe, textualmente, a la "degradación de la situación de seguridad" frente al avance violento de grupos yihadistas como Estado Islámico y Al Qaeda.
Este punto es determinante en la mayoría de episodios similares en la región, el peso del islamismo extremista es uno de los grandes desafíos que afronta.
Un factor a tener en cuenta es que a pesar de las posibles intenciones que puedas tener las Fuerzas Armadas, el golpe cuenta con cierto aval de la población, por lo que la colaboración para “recuperar la estabilidad” tendría que llegar desde afuera.
Dónde está Níger
Justamente las naciones que ya han intervenido diplomáticamente en el asunto son las afectadas directamente por su ubicación geográfica y condición comercial: las de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS).
Con posturas divididas como siempre ha sido desde su creación en 1975, el sábado pasado los países miembros solicitaron la liberación inmediata del presidente Bazoum.
A su vez, suspendieron toda transacción comercial y financiera con Níger, cerraron fronteras aéreas y terrestres y la membresía de Níger, congelando también los activos de los “responsables militares implicados en el intento de golpe".
El ítem de mayor relevancia tras la cumbre en Nigeria es el ultimatum de una semana impuesto el pasado domingo, el cual referencia indirectamente una intervención militar Senegal, Gambia, Cabo Verde, Guinea Bissau, Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Benin, Togo, Costa de Marfil y Ghana.
"Estamos listos y tan pronto como recibamos la orden de intervenir, lo haremos. Estamos absolutamente seguros de tener éxito”, anunció el general Christopher Musa del ejército nigeriano, anfitrión de la reunión en la ciudad de Abuya.
Dicha postura provocó un inmediato comunicado en conjunto de Mali y Burkina Faso, ambos miembros de la ECOWAS, donde indican que la movilización hacia Níger o el apoyo a sus Fuerzas Armadas sería considerado una declaración de guerra contra ellos.
Guinea, también bajo gobierno de facto, no anticipó involucrarse en un eventual conflicto bélico del lado de Níger, pero si repudió la postura de la Comunidad y profetizó su final.
Francia, antiguo colonizador en la región, se manifestó oficialmente y además fue acusado de estar gestando un acuerdo con el ejército oficial para retomar el poder.
Los militares golpistas publicaron un comunicado: "En su búsqueda de vías y medios para intervenir militarmente en Níger, Francia, con la complicidad de algunos nigerinos, mantuvo una reunión con el Estado Mayor de la Guardia Nacional de Níger".
La palabra de los revolucionarios desató una horda de manifestantes frente al consulado francés en la nación africana, lo que derivó en un enfrentamiento con seis nigerianos heridos. La junta asegura que “los servicios de seguridad" de una "Cancillería occidental" utilizó armas letales.
Todas las acusaciones fueron negadas por la ministra de Exteriores de Francia, Catherine Colonna, quien afirmó que es necesario que se restituya el gobierno nigerino. “Esas desestabilizaciones son peligrosas para Níger y sus vecinos", remarcó.
En un comunicado escrito, Francia anunció este martes la evacuación de nacionales franceses y europeos. En otro anuncio previo, habían repudiado el golpe, pero sin destacar el pedido de “solución pacífica”, que sí contaba el texto de Estados Unidos, por ejemplo.
Los galos reciben el apoyo de la Unión Europea y una ambigua postura emparejada de Rusia, que a pesar de ser protagonista de vítores de manifestantes “pro-golpe”, instó al "restablecimiento lo antes posible de la legalidad en el país" y pidió “moderación” a las partes.