DyN/EFE
La severa crisis de Grecia, que arrastra a España, Portugal e Irlanda e impacta en toda europa, podría tener consecuencias en el mercado externo de la Argentina y en sus necesidades financieras de mediano plazo.
Los griegos esperan para hoy una ayuda del FMI a cambio de un ajuste de alto impacto social. Sin las posibilidades de devaluar -como hizo la Argentina en 2001- la crisis arrastra a la economía del Viejo Continente y devalúa el euro en su conjunto, lo que supone debilitar la moneda del principal comprador de la Argentina; los europeos son también el principal inversor en el país.
Los datos de 2008 marcaron el récord de esa relación. El intercambio comercial de mercancías alcanzó los 22.200 millones de dólares, de los cuales 13.200 millones fueron exportaciones desde nuestro país, lo que supuso en ese momento el 18,7 % del total de las ventas argentinas al exterior. Las importaciones desde la eurozona alcanzaron 9 mil millones de dólares.
La Unión Europea es el principal cliente de Argentina de Productos Manufacturados de Origen Agropecuario (32 .8% del total de exportaciones argentinas), y Santa Fe es además el principal origen de esas exportaciones. Por su parte, Argentina importó de la Unión Europea fundamentalmente bienes de capital e intermedios (16% del total importado de dichos productos) y piezas y accesorios para bienes de capital, según informes oficiales de la Unión Europea.
Pero además los europeos son el más importante inversor extranjero en Argentina, y duplican en ese rubro a los Estados Unidos. El 52.4% del stock de capital extranjero en Argentina (equivalente a 26.400 millones de dólares) pertenece a empresas de la Unión Europea.
Blanco y negro
La “implosión” del euro es el más dramático de los vaticinios de los economistas que siguen el proceso y dudan de la continuidad de esa moneda. En todo caso, por el momento, la devaluación repone competitividad a los exportadores “fuertes” de la Eurozona (Alemania, Francia) pero debilita los términos de intercambio de países como la Argentina.
Más aún, y a pesar de que la crisis no afectaría el canje de deuda (Lavagna dijo que era “demasiado” generosa como para que los inversores lo dejen pasar), el escenario internacional complicaría las necesidades de financiamiento que tendrá el país, que ya usó sus ahorros previsionales y sus reservas del BCRA, y que no tendría desde 2011 en adelante las facilidades de un saldo comercial favorable, si es que la crisis internacional no se repone.
Sin embargo, la ventaja argentina es que los commodities en los que basa su ventaja relativa están ligados a necesidades básicas (en especial alimentación) que son el último rubro de ajuste de los compradores. Y al mismo tiempo se abarataría el acceso a bienes de capital (alta tecnología) para mejorar el parque de producción nacional.