El Litoral
La guerra en Siria no para de complicarse con la invasión militar turca en el norte y combates en todo el país, que sólo este domingo dejaron más de una veintena de muertos; al mismo tiempo que el proceso de paz de la ONU concluyó sin novedades.
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Télam
La guerra en Siria no para de complicarse con la invasión militar turca en el norte y combates en todo el país, que sólo este domingo dejaron más de una veintena de muertos; al mismo tiempo que el proceso de paz de la ONU concluyó sin novedades y el diálogo de paz que empieza mañana en Rusia no contará con la presencia ni de la oposición siria ni de la poderosa minoría kurda.
Desde que empezó la invasión turca en el norte de Siria, hace una semana, al menos 42 civiles, 144 combatientes kurdo-sirios y siete soldados turcos fallecieron en los fuertes combates que dominan la zona y que ya obligaron a miles de personas a abandonar sus casas y sumarse a los cientos de miles de desplazados que abarrotan los campos de la ONU y otras organizaciones humanitarias en el país.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, informó que de los 42 civiles que fallecieron por los ataques aéreos y de artillería lanzados por el Ejército de Turquía, 12 eran menores y siete mujeres, según la agencia de noticias EFE.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en tanto, informó hoy que siete soldados de su país también murieron en los combates en la región de Afrín, el primer bastión que Ankara intenta quitarle a las milicias kurdo-siria, las aliadas de la guerrilla kurda-turca independentista Partido de los Trabajadores (PKK) y la punta de lanza terrestre de la avanzada de Estados Unidos contra la milicia Estado Islámico (EI).
Al mismo tiempo, la guerra entre la oposición siria y el gobierno de Bashar al Assad continúa en varias regiones del país, inclusive en algunas en donde formalmente rige un cese de fuego, negociado por la ONU o en un proceso de diálogo paralelo, impulsado por Rusia, Turquía e Irán.
Al menos cinco civiles murieron este domingo, otros cinco resultaron heridos en un ataque de la artillería del Ejército contra el principal bastión opositor en las afueras de la capital, Damasco, la región de Guta Oriental, apenas dos días después de la entrada en vigor de una tregua entre milicias insurgentes islamistas y el gobierno sirio, según el Observatorio.
En paralelo, en la provincia de Idleb, en el noroeste de Siria, otras dos personas murieron -entre ellas siete civiles- y 32 resultaron heridas por varios ataques aéreos con aviones no identificados.
El Observatorio no pudo identificar los aviones del ataque, pero se trata de una zona con fuerte presencia opositora, por lo que muchos habitantes culpaban al Ejércitos.
Esta organización pro opositora estimó que, desde Navidad, al menos 154 civiles fallecieron en esa zona por bombardeos de aviones no identificados.
Mientras los bombardeos, ataques, atentados y combates no cesan en el territorio sirio, en el exterior dos procesos de paz paralelos intentan, sin éxito, avanzar en una solución negociada que ponga fin a una guerra que ya lleva casi siete años, mató a más de 300.000 personas y obligó a más de la mitad de la población a abandonar su hogar y buscar refugio dentro y fuera del país.
Luego de que una nueva ronda del proceso de paz impulsado por la ONU terminara sin grandes logros en Viena esta semana, la cumbre organizada para mañana lunes por Rusia, Turquía e Irán y que se realizará en la ciudad rusa de Sochi ya empezó con el pie izquierdo.
La máxima coalición opositora siria en el exilio, la Comisión Suprema para las Negociaciones anunció que no participará de la cumbre y se sumó al boicot de las milicia kurdo-sirias.
Además, pese a que el mediador de la ONU, Staffan de Mistura se comprometió a ir, potencias occidentales como Estados Unidos o Francia no han dado mucho apoyo al encuentro.
Lejos de celebrar la cumbre, a la que Moscú invitó a 1.600 delegados, la coalición siria en el exilio acusó ayer a Rusia de torpedear el diálogo político y de apostar por la guerra para acabar por la fuerza a la oposición sobre el terreno.
En ese clima de desconfianza, las rondas de negociaciones internacionales siguen repitiéndose sin grandes consecuencias y la guerra en el territorio sirio continúa sumando potencias extranjeras y rivalidades cruzadas que no hacen más que profundizar el conflicto, matar a más gente y producir más desplazados y refugiados.