El neurofisiólogo Ariel Henry, a quien Jovenel Moïse había encomendado formar el nuevo gobierno de Haití dos días antes de ser asesinado, reclamó su lugar en el poder y cuestionó los poderes especiales que asumió el primer ministro interino, Claude Joseph, tras el magnicidio del miércoles pasado. Por otra parte, la investigación del asesinato de Moïse ya derivó en la detención de seis personas, una de ellas estadounidense.
"Soy un primer ministro designado; Claude era un primer ministro interino que asumió el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Creo que tenemos que hablar entre nosotros. Se suponía que Claude iba a quedarse en el gobierno que yo iba a formar", se quejó Henry en una entrevista con el diario Le Nouvelliste.
Hace solo tres días, Moïse había publicado en su cuenta de Twitter una imagen del Boletín Oficial en el que nombraba como primer ministro a Henry: "Tendrá que formar un Gobierno de apertura que incluya las fuerzas vivas de la Nación, resolver el flagrante problema de la inseguridad y acompañar al CEP (autoridad electoral) en la conducción de las elecciones generales y el referendo", afirmó entonces.
Henry contó que estaba "eligiendo" a los miembros de su equipo y destacó que estaba "muy avanzado" en la formación del gobierno. "Necesito continuar, pero en el contexto actual creo que hay una oportunidad de diálogo para llegar a un acuerdo que nos permita ir a un mejor clima en las elecciones y tener un gobierno que también pueda crear ese clima", aseguró en un abierto llamado a un diálogo con el premier interino Joseph, actualmente a cargo del Poder Ejecutivo.
Aunque dijo que no quería "echar leña al fuego" y pidió "evitarlo en lo posible mientras el país está encendido", el premier nombrado por Moïse aclaró que no está de acuerdo con el estado de sitio declarado tras el magnicidio: "No creo que estemos en una situación que requiera un estado de sitio. Creo que es un poco apresurado."
Moïse fue ultimado en su residencia de Puerto Príncipe en la madrugada de ayer por un comando integrado aparentemente por extranjeros y menos de veinticuatro horas después del hecho, el gobierno anunció que había detenido a dos sospechosos y abatido a otros cuatro. Pero ahora la información habla de seis detenidos, y el ministro encargado de asuntos electorales, Mathias Pierre, reveló que uno de ellos es un estadounidense.
"La persecución de los mercenarios continúa", manifestó el director de la Policía Nacional, Léon Charles, el miércoles a la noche, cuando anunció las primeras detenciones. "Su destino está resuelto: caerán en el combate o serán arrestados", amplió.
Las autoridades no revelaron nombres, edades, nacionalidades ni otros detalles de los sospechosos ni se refirieron a los motivos o cómo la policía determinó que eran los presuntos autores del crimen, pero el embajador en Washington, Bocchit Edmond, dijo que son todos extranjeros.
Tras informarse del asesinato, Joseph -quien asumió como premier en abril pasado luego de la renuncia de Joseph Juthe en plena crisis institucional y de seguridad- dispuso de inmediato el estado de sitio, cerró el aeropuerto de la capital y blindó la frontera con República Dominicana, país con el que comparte la isla. La oposición haitiana reclamaba la salida del poder de Moïse, con el argumento de que su mandato había concluido el pasado 7 de febrero, mientras que el presidente insistía en febrero de 2022 como término de su período de gobierno.
En este difícil y complejo contexto, el país debe celebrar este año elecciones presidenciales, legislativas y locales, y también tiene agendado un referendo constitucional en septiembre, después de haber sido aplazado dos veces debido a la pandemia de coronavirus. El calendario electoral que prevé en septiembre la votación para la elección de un nuevo mandatario fue confirmado el jueves por las autoridades haitianas.
En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU hizo saber que no analiza el despliegue de fuerzas de paz nuevamente en Haití, según reveló la representante permanente de Noruega ante la organización, Mona Juul. "No estamos en esta etapa", respondió Juul cuando se le preguntó si el consejo estaba examinando la opción de llevar Cascos Azules de regreso a Haití.
El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó por primera vez el despliegue de unos 7.000 miembros de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en Haití después del golpe de Estado de 2004.
En octubre de 2010, pocos meses después de que un catastrófico terremoto devastó Haití, el país declaró el primer brote de cólera en la historia moderna, y se cree que la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití importó la enfermedad. En 2017, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió poner fin a la misión, dejando un legado controvertido de la presencia de las tropas de la ONU en Haití.