Haití, el país más pobre del continente, enfrenta hace años a una aguda crisis política, económica, de seguridad y sanitaria, por lo que también atraviesa una situación “dramática” en materia de derechos humanos.
Funcionarios aseguran que se trata de la situación más dramática de todo el continente, porque se ve afectada la población en general, que está a la merced de grupos armados en un escenario de guerras de territorios.
Haití, el país más pobre del continente, enfrenta hace años a una aguda crisis política, económica, de seguridad y sanitaria, por lo que también atraviesa una situación “dramática” en materia de derechos humanos.
En este contexto, el relator de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Stuardo Ralón, expresó que la solución tiene que ver con "restablecer la institucionalidad democrática" a través de elecciones.
El funcionario afirmó que hay "una violación sistemática de derechos que se da diariamente en un escenario de vacío de poder institucional en una cruenta guerra territorial de diferentes grupos donde la ciudadanía está desamparada".
Además aseguró que se trata de “la situación más dramática de todo el continente", porque se ve afectada "toda la población en general, que básicamente está a la merced de grupos armados y sobrevive en un escenario de guerras de territorios".
Un informe publicado por el organismo de derechos humamos, advierte que “el acceso a armas de fuego sin control es un factor determinante de la gravedad de las vulneraciones".
La situación política y de seguridad en Haití, el país más pobre de América, que apenas cuenta con poco más de 10.000 efectivos policiales en todo el país, se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021.
Así, la CIDH instó a la comunidad internacional y a los países de la región a "adoptar medidas" para ayudar a Haití a dar los pasos necesarios y se declara disponible a "colaborar técnicamente".
En un inicio, la cooperación internacional podría contribuir "a restablecer el orden público mínimo para proteger la vida de los ciudadanos y con un orden público mínimo proceder a que un orden electoral comience a reconstruir la institucionalidad democrática con elecciones", evaluó Ralón.
Y señaló que esas elecciones deben ser "libres", para llenar "el vacío de poderes que existe en Haití y que las nuevas autoridades electas puedan tomar las distintas medidas de urgencia".