Fuente: BBC.com
Se trata del montañista Alex Lowe y camarográfo David Bridges, quienes fueron sepultados por una avalancha el 5 octubre de 1999. Sus cuerpos estaban encapsulados en el hielo.
Fuente: BBC.com
Una de las cosas por las que se destacaba el montañista estadounidense Alex Lowe, por encima de su descomunal capacidad de escalar cumbres en la década de los 90, era su irreductible dedicación a salvar a compañeros que se encontraban en problemas durante los ascensos.
Pues este fin de semana, 16 años después de que Lowe desapareciera debajo de una avalancha de nieve en las entrañas del monte Shishapangma (Himalaya) junto al camarográfo David Bridges, otros dos compañeros hallaron sus restos para regresarlos a casa.
‘Sus cuerpos fueron hallados cubiertos de hielo, es como si se hubieran congelado en el tiempo‘, escribió la esposa de Lowe, Jennifer Lowe-Anker, al informar el hallazgo.
Lowe y Bridge desaparecieron el 5 octubre de 1999 mientras intentaban el ascenso al Shishapangma, el decimocuarto pico más alto del planeta.
Ese día, un deslave de nieve los sorprendió a ambos y al equipo de montañistas que los acompañaba. Aunque la mayoría logró escapar del deslizamiento, Lowe y Bridge no pudieron.
Y a pesar de los constantes esfuerzos por localizar sus cuerpos, nunca habían sido hallados.
‘Esto es un alivio para mí y para la familia de Lowe y de Bridge que no habían podido enterrar a sus seres queridos‘, explicó a la revista ‘Outside‘ Conrad Anker, quien estaba con Lowe en el momento de la avalancha.
El ascenso al gigante
En la década de 1990, Lowe quien había nacido en 1958- había emergido como uno de los más destacados escaladores y montañistas del planeta.
Algunas de las razones que justificaban su fama eran sus 10 trepadas por unas de las verticales más peligrosas, pero a la vez apetecida por los escaladores en el mundo: El Capitán, en el parque Yosemite de EE.UU.
Pero también sentía una atracción especial por los montes Himalaya: había llegado a la cima del Everest en dos oportunidades y había hecho cumbre en otros picos de los llamados ‘los ocho mil‘, porque están por encima de los 8.000 metros sobre el nivel del mar.
Pero el Shishapangma, con una altura de 8.027 metros, tenía para él un sentido especial.
‘La gente habla del Everest, pero para mí el Shishapangma no solo es el más bello sobre el paisaje del Tíbet, sino que tiene una mejor ruta para escalarlo, es más interesante‘, dijo Lowe en el blog MountainZone.com, donde describía sus ascensos y sus impresiones sobre sus actividades.
A principios de octubre de 1999, junto a Bridge -quien se había especializado en la filmación de documentales sobre el tema-, Anker y otro grupo de expertos, emprendieron el ascenso a la montaña.
En medio del proyecto decidieron dividirse en dos equipos. Allí fue donde Lowe, Anker y Bridge, quien filmaba para un programa especial del canal NBC, tomaron el camino para crear una nueva línea de ascenso.
Pero la montaña se les vino encima. De acuerdo al relato de Anker, Lowe le avisó con un grito a todos los miembros del equipo para que huyeran.
Anker se quebró dos costillas y sufrió un fuerte golpe en la cabeza, pero logró evadir la carga de nieve que cayó encima de los cuerpos de Bridge y Lowe.
Durante 20 días, patrullas de socorro y los compañeros sobrevivientes los buscaron sin pausa, pero las condiciones climáticas empeoraron y tuvieron que dejar que sus cuerpos se congelaran en el tiempo.
El hallazgo
La semana anterior Anker quien se casó con Jennifer, la viudad de Lowe- recibió una llamada de los montañistas David Goettler y Ueli Steck, quienes estaban escalando el Shishapangma. Lo llamaban para reportarle que habían encontrado dos cuerpos encapsulados en un bloque de hielo.
Goettler y Steck sabían de la desaparición de Lowe y Bridge y estaban convencidos de que eran sus cuerpos.
‘Me describieron sus equipos y lo que llevaban puesto y a mí ya no me quedó ninguna duda, eran ellos‘, relató Anker.
De inmediato se iniciaron las labores para sacar los cuerpos del glaciar y llevarlos de regreso a EE.UU.
Lowe siempre fue reconocido como uno de los mejores escaladores de su generación, además de elogiado por su entrega a la hora de ayudar en el rescate de compañeros, como en el caso de sus colegas españoles que sufrieron varios problemas en junio de 1995.
En septiembre de 2005, una elevación dentro del Parque Nacional de Gallatin, en Montana, fue nombrada en su honor.