La historia del país que se prepara para su desaparición por culpa del cambio climático
Se trata de Tuvalu, una pequeña isla de 26 kilómetros cuadrados ubicada en el océano Pacífico. Allí afirman que lo mismo le pasará al resto del mundo.
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14:56
Tuvalu no sólo es una pequeña nación en el océano Pacífico que ha venido urgiendo a los países más contaminantes a reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esta nación también se prepara legalmente para el peor de los escenarios: la sumersión total de su territorio.
El ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, envió un dramático mensaje a la COP26, la reciente cumbre de cambio climático en Glasgow, Escocia. “Nos estamos hundiendo, pero lo mismo le pasa a todo el mundo”, afirmó.
Gentileza Simon Kofe, ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, en la conferencia del COP26.
Simon Kofe, ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, en la conferencia del COP26. Foto: Gentileza
Con el agua hasta las rodillas, en un sitio que años atrás era un terreno seco, Kofe dejó en claro que el drama que hoy enfrenta Tuvalu es solo un presagio de los graves impactos del cambio climático que azotarán cada vez más, aunque en formas diferentes, a muchos otros países del mundo.
El nivel del mar, una amenaza existencial
Tuvalu tiene nueve pequeñas islas y está aproximadamente a 4000 kilómetros de Australia y de Hawái. Sus vecinos más cercanos son Kiribati, Samoa y Fiyi. “Es una nación insular de baja altitud. El punto más alto sobre el nivel del mar es de 4 metros”, explicó el ministro Kofe.
Todo el país tiene 26 kilómetros cuadrados, donde viven cerca de 12.000 personas.
Al igual que Kiribati y las Maldivas, entre otros, Tuvalu es un país conformado por atolones, y por ello es especialmente vulnerable al calentamiento global.
Los territorios de estas naciones se asientan sobre arrecifes de coral en forma de anillos, completos o parciales, que rodean una laguna central.
“Vivimos en franjas de tierra muy delgadas y en algunas áreas se puede ver el océano a ambos lados, de un lado el mar abierto y al otro una laguna”, señaló Kofe. “Lo que hemos estado experimentando a lo largo de los años es que con el aumento del nivel del mar vemos la erosión de partes de la isla”.
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Tuvalu viene enfrentando además ciclones más fuertes y períodos de sequías, agregó el ministro. Y la mayor temperatura del océano ha blanqueado arrecifes de coral, vitales para la protección costera y la reproducción de peces. Pero hay otro problema aún más acuciante: la intrusión de aguas oceánicas.
El mar y su impacto en el agua potable
El agua del océano se está filtrando bajo el suelo en ciertas áreas y esto afecta los acuíferos, explicó Kofe. “El agua potable la obtenemos normalmente de la lluvia, pero en algunas islas solían también cavar pozos para acceder al agua subterránea.
“Hoy eso no es posible debido a la intrusión de agua de mar, por lo que básicamente dependemos solo del agua de lluvia”.
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La penetración de agua salina también inutilizó terrenos para agricultura. El gobierno de Taiwán financia y administra actualmente en Tuvalu un proyecto experimental para producir alimentos en condiciones controladas.
“La salinidad en la arena hace que sea muy difícil para nosotros cultivar nuestros alimentos y dependemos cada vez más de los productos importados”, afirmó Kofe. “El proyecto del gobierno taiwanés tuvo que importar el suelo y el fertilizante”.
La lucha de los países insulares
Los estados insulares como Tuvalu han reclamado durante más de 30 años acciones climáticas concretas a nivel global. En 1990, naciones insulares del Pacífico formaron una alianza diplomática con otras del Caribe, como Antigua y Barbuda, y del océano Índico, como las Maldivas. El objetivo era crear un frente común en las negociaciones sobre cambio climático.
Gentileza Tuvalu posee aproximadamente 26 kilómetros cuadrados.
Tuvalu posee aproximadamente 26 kilómetros cuadrados. Foto: Gentileza
La Alianza de Pequeños Países Insulares, Aosis por sus siglas en inglés, tiene hoy 39 miembros y ha jugado un papel clave en visibilizar el grave impacto del calentamiento global en los países en desarrollo.
La insistencia de Aosis fue crucial, por ejemplo, para que se incluyera en el Acuerdo de París en 2015 una referencia a la importancia de hacer frente a los llamados “daños y pérdidas”, las compensaciones por perjuicios climáticos irreversibles a los que no es posible adaptarse.
En un mensaje a la COP26, el actual presidente de Aosis, el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, recordó que “la contribución de los pequeños estados insulares en desarrollo a las emisiones globales de CO2 es menos del 1%”.
“Nuestros países son los menos responsables del daño ambiental a nivel mundial”, agregó Browne. “Pero nosotros pagamos el precio más alto”. Ese precio ha quedado cada vez más claro gracias a múltiples estudios científicos.
Lo que dicen los científicos
El Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, IPCC por sus siglas en inglés, señaló en su informe del 9 de agosto de este año que la tasa anual de aumento del nivel del mar a nivel global se triplicó entre 1901 y 2018, situándose actualmente en 3,7 mm por año.
Sin embargo, “la situación es peor en la región de las islas del Pacífico”, señaló a BBC Mundo desde las Islas Salomón el Dr. Morgan Wairiu, experto en cambio climático y coordinador y autor principal del capítulo sobre pequeñas islas del informe del IPCC.
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“En el Pacífico sur, el aumento promedio regional del nivel del mar fue de 5 a 11 mm por año en el período de 1900 a 2018″.
SI bien no hay datos específicos sobre Tuvalu, en el caso de los atolones de las Maldivas las reservas de agua dulce se redujeron entre un 11% y un 36% debido al aumento en el nivel del mar, agregó el experto.
Se proyecta que aún un aumento del mar de un metro impactará la biodiversidad terrestre de las islas y áreas costeras de baja altitud tanto en forma directa (por la pérdida de hábitat por sumersión), como indirecta (por intrusión de agua salina, salinización de manglares costeros y erosión del suelo).
El IPCC predice en su informe un aumento promedio global del nivel del mar de poco más de un metro para 2100 en un escenario de emisiones altas, pero también advierte: “un aumento cercano a 2 metros para 2100 y 5 metros para 2150 en un escenario de emisiones muy altas de gases de invernadero no puede ser descartado debido a la profunda incertidumbre de los procesos de las capas de hielo”, una referencia al derretimiento del hielo en Groenlandia y la península Antártica.
El Dr. Wairiu señaló que el estrés hídrico en las islas pequeñas del Pacífico será 25% menor con un calentamiento de 1,5 °C, en comparación con un aumento de temperatura de 2 °C.
El experto resumió así el principal riesgo para las pequeñas islas del Pacífico: “La acumulación y amplificación de riesgo a través de efectos en cascada en ecosistemas y los servicios que aportan, probablemente reducirá la habitabilidad de algunas islas pequeñas”.
Un estudio de 2018 realizado por científicos en Estados Unidos y Países Bajos, entre otros, señaló que “la mayoría de las naciones de atolones serán inhabitables para mediados de este siglo”. La razón es que “el aumento del nivel del mar exacerbará las inundaciones por olas marinas”.