Este jueves se inició la extradición de Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, a Estados Unidos, semanas después de que la Corte Suprema en Tegucigalpa ratificara su decisión de entregarlo a ese país y rechazara un último recurso de amparo que presentó la defensa.
Con un fuerte operativo de seguridad de unos 800 a 1.000 miembros de la Policía Nacional, Hernández fue trasladado en un helicóptero al aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa desde donde viajará bajo custodia de agentes de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
Se espera que en Estados Unidos se presente en una corte federal donde se oficializará su arresto. En enero pasado, Estados Unidos solicitó a Honduras la entrega de Hernández, que enfrenta cargos relacionados con el tráfico de drogas.
El exmandatario, que está recluido en la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional desde el 15 de febrero, se ha declarado inocente de todos los cargos en varias ocasiones. Insiste en que no es narcotraficante, y asegura que durante sus ocho años de gobierno ayudó a combatir este delito junto a agencias de EE.UU.
El proceso de extradición de Juan Orlando Hernández
El 28 de marzo, el pleno de la Corte Suprema de Justicia de Honduras dejó en firme la extradición de Hernández, luego de que la defensa apelara el fallo de un juez que aprobó la medida. En ese momento, Melvin Duarte, portavoz del Poder Judicial, explicó que la decisión de pleno era inapelable. Un día después, los abogados de Juan Orlando Hernández presentaron un recurso de amparo para evitar la extradición, que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Honduras declaró inadmisible el 6 de abril.
Apenas días antes, Ana García de Hernández, esposa del expresidente, publicó una carta en Twitter que, asegura, escribió el exmandatario de "su puño y letra". En la misiva reitera su inocencia y dice ser "víctima de una venganza y una conspiración".
En la carta abierta a la nación que escribió el expresidente según su esposa, dice que lo que él está viviendo es "una amenaza de los carteles, es una trampa orquestada para que ningún gobierno vuelva a hacerles frente". Y agregó: "Solo espero que se haga justicia, que se respete el derecho que nos asiste a las personas y a las naciones".