En el segundo día de la despedida de los restos mortales del Papa emérito, otras 70.000 personas desfilaron desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche ante el féretro expuesto en la basílica vaticana de San Pedro.
Cerca de 135 mil personas han presentado ya sus honores al sumo pontífice alemán, Joseph Ratzinger, fallecido este sábado. Los restos del santo padre se exponen en la capilla ardiente dispuesta en la Basílica de San Pedro.
En el segundo día de la despedida de los restos mortales del Papa emérito, otras 70.000 personas desfilaron desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche ante el féretro expuesto en la basílica vaticana de San Pedro.
Fieles de todas las nacionalidades siguen, serenamente alineados, la entrada a San Pedro. Una oración, un saludo o una simple mirada a Benedicto XVI alcanzan.
Lo mismo, también de 7 a 19 horas, ocurrirá el miércoles, en el último día en que el cuerpo del Papa emérito estará expuesto a la devoción de los fieles.
Parte de la Plaza de San Pedro se ha puesto a disposición de las cadenas de televisión que filmarán el funeral del 5 de enero, celebrado por el Papa Francisco. Se espera la llegada de autoridades de todo el mundo y de otros 70.000 participantes.
Mientras tanto, de la penumbra de la basílica petrina, con la misma serenidad, sale la gente y brillan muchos ojos, en la mente tal vez las últimas palabras pronunciadas por Benedicto XVI, ese "Señor, te amo", figura y luz del ministerio sacerdotal, pastoral y papal que acompañó toda la vida de Joseph Ratzinger.
En las entrevistas recogidas por Radio Vaticano - Vatican News hay quien da gracias al Señor por habernos dado a Benedicto XVI, hay quien llegó a San Pedro con espíritu de peregrinación: todos en un día, desde Milán, Turín, Nápoles, sólo para dar las gracias a Joseph Ratzinger. Y hay quienes quieren perdonar al Papa emérito por no haber comprendido plenamente su mensaje cuando era Pontífice, un mensaje redescubierto más tarde a través de sus escritos. Ciertamente -es el pensamiento común- ese magisterio seguirá enseñando mucho incluso ahora que Benedicto XVI ha vuelto a la casa del Padre.