Javier Milei se manifestó de forma rotunda en contra de la “dictadura china” a lo largo de su proceso de campaña electoral. El uso peyorativo del término comunista y avisos de rupturas de todo tipo de lazos fueron algunos de los tópicos del ahora presidente de la Nación hacia Beijing.
Al parecer, este tipo de declaraciones y otras del calibre de descalificaciones personales como la de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, a Xi Jinping, su par de China, no son causante de crisis bilaterales.
Pregonando el interés de ambas naciones, Argentina y China iban a continuar con el swap con un monto de 6.500 millones de dólares destinados a vencimientos de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La reunión de Milei con Wu Weihua, vicepresidente de la Asamblea Popular de China, a sólo dos días de asumir, fue uno de los indicios de acuerdo.
Sin embargo, este lunes la agencia REDD Intelligence indicó que el acuerdo firmado por la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa se caía y China no colaboraría con el plan de Luis Caputo, ministro de Economía.
Sorprende la decisión del gigante asiático ya que el diálogo entre el libertario y el líder comunista parecía haberse establecido tras un breve intercambio luego del 10 de diciembre.
Xi Jinping, presidente de China. Crédito: Brittany Hosea-Small
Los motivos podrían ser la negativa inicial de ingresar a los BRICS (motivo a revisar ya que este mismo diciembre la economía de Brasil superó a la de Canadá, según el FMI), la definición de la “China asesina” de sus ciudadanos e incluso la decisión del Ministerio de Defensa de Luis Petri de adquirir cazas F-16 estadounidenses en lugar de los JF-17 chinos.
Pero un factor más inesperado para la agenda argentina y con tintes insólitos tendría como protagonista a Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación. La canciller habría reforzado la libertad de comerciar con Taiwán y esto no cayó bien a Beijing.
Es de conocimiento público su posición ante este conflicto puntual en el mar de China Meridional. Una publicación en X (ex Twitter) durante 2021 refleja parte de sus ideas. “Alguien sabe qué opina Taiwán?”, escribió Mondino sobre un artículo en el que Xi prometía la unificación con la isla.
El supuesto comentario indebido para los chinos partiría de la reivindicación del derecho a comerciar con Taiwán, según comentó Marcelo Bonelli en una nota en Clarín, lo que indirectamente reconocería el estatus político de la República de China.
A pesar de la sensibilidad del contexto actual entre la República Popular de China y la República de China, en un pico de tensión desde 1949 a causa de los intereses norteamericanos con foco en la producción de semiconductores (Taiwán es el segundo del mundo en el ránking de chips), el eventual enojo con la representante argentina parecería ser una presión.
Más allá de su apoyo económico-logístico a Rusia y su presencia en África, una guerra con Taiwán se encuentra en la mira desde hace rato. China necesita más avales del mundo para llevar a cabo su avanzada en la unificación.
Dichos avales los obtendría con un crecimiento de naciones que den un paso atrás en el reconocimiento de la isla, las relaciones informales y la representación, como lo hicieron recientemente Honduras y Nicaragua en Latinoamérica.
Diana Mondino junto a Javier Milei.
Argentina reconoció a la República de China hasta 1972. Desde aquel entonces sostiene relaciones comerciales informales como la mayoría de países occidentales, pero no forma parte de los 13 que la reconocen (Belice, Guatemala, Haití, Paraguay, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suazilandia, Ciudad del Vaticano, Islas Marshall, Naurú, Palaos y Tuvalu).
La decisión final está en manos del Partido Comunista de China.