Justamente, una medida clave de la inflación alcanzó un máximo de casi 40 años el mes pasado en Estados Unidos. El índice de precios al consumidor subió un 7,5% en los 12 meses que terminaron en enero, sin ajustes por cambios estacionales, informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales. Fue el aumento anual de precios más pronunciado desde febrero de 1982 y peor de lo que los economistas pronosticaron.
El presidente Joe Biden reconoció la presión que este incremento en la inflación ejerce sobre las familias estadounidenses. Sin embargo, añadió que "también hay señales de que superaremos este desafío".
"Ante los precios más altos, hemos estado usando todas las herramientas a nuestra disposición. Y aunque hoy es un recordatorio de que los presupuestos de los estadounidenses están recibiendo tal presión a que crean un estrés real en la mesa, también hay señales de que superaremos este desafío", dijo.
Biden también insistió en los pronósticos que apuntan a que la inflación en Estados Unidos disminuirá sustancialmente para fnales de 2022.
Las cifras de la inflación en Estados Unidos
Excluyendo los costos de los alimentos y la energía, que tienden a ser más volátiles, los precios aumentaron un 6% entre enero de 2021 y enero de 2022, marcando el mayor aumento desde agosto de 1982. Los alimentos por su parte subieron un 7% durante el mismo período, mientras que los precios de la energía se incrementaron en un 27%, liderados por los precios del petróleo diesel y la gasolina.
Solo en enero, los precios aumentaron 0,6%, incluyendo los ajustes estacionales, la misma tasa que en diciembre. Eso representa malas noticias para las personas que esperaban que los datos mensuales indicaran una desaceleración de los aumentos de precios.
Este miércoles, el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, dijo que el país podría estar a punto de ver cómo se desacelera el ritmo de la inflación. Pero eso no sucedió en enero.
Los precios se incrementaron en todos los ámbitos, incluidos los de vivienda, muebles, automóviles usados y costos médicos.
Los alimentos tuvieron un aumento en el precio del 0,9% en enero, en comparación con solo un 0,5% en diciembre. Casi todos los precios de los comestibles aumentaron, y solo las bebidas sin alcohol se mantuvieron estables.
La mayoría de los CEO creen que la inflación alta se mantendrá hasta la mitad de 2023
Los precios de la energía también subieron un 0,9% el mes pasado, impulsados por los costos de la electricidad.
Por su parte, los precios de los hoteles cayeron, muy probablemente debido a planes de viaje que se cancelaron durante el incremento de casos de covid-19 por la variante ómicron.
Para la Reserva Federal, que debe mantener los precios estables, es probable que el informe de enero no cambie mucho. El banco central comenzó a reducir su programa de estímulo pandémico a finales del año pasado y señaló que elevará las tasas de interés por primera vez desde que comenzó el covid-19 en su reunión de marzo.
Ahora bien, este no es el único indicador de inflación que llega niveles récord. En enero, el índice de precios al productor, que rastrea lo que se les paga a los productores estadounidenses por sus bienes y servicios en promedio, aumentó un 9,7% el año pasado sin ajustes estacionales. Este fue el mayor incremento en un año calendario desde que comenzó a registrarse la serie de datos en 2010, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Aunque fue un avance ligeramente menor de lo que pronosticaron los economistas. Pero, representa un repunte del 9,6% registrado durante los 12 meses que terminaron en noviembre.