La pérdida de agua en los reactores, el aumento de la temperatura en las piscinas de combustible usado y los daños en las vasijas de los reactores son las principales preocupaciones en relación a la central nuclear nipona de Fukushima.
Así analiza en sus dos últimos comunicados, en función de datos aportados por Japón, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el estado de los seis reactores de la planta, gravemente dañada por el terremoto y el “tsunami” del pasado 11 de marzo:
Reactor 1
El agua del sistema de refrigeración cubre sólo hasta la mitad de las barras de combustible en el reactor, que se cree han sufrido daños, según las autoridades japonesas. Pese a las explosiones registradas, no hay indicios de que la vasija de contención principal esté deteriorada.
El sistema de refrigeración del reactor está seriamente averiado y sin suministro eléctrico. Debido a los daños en el edificio, se calcula que se tardará más en dotar de energía a este reactor, donde la emergencia está en el nivel 5 (de 7 niveles) en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES).
Se sigue bombeando agua de mar para reducir la temperatura. No hay datos sobre la situación en la piscina de combustible usado.
Reactor 2
Las barras de combustible nuclear sólo están sumergidas en agua hasta la mitad. Se cree que el núcleo y el combustible nuclear han sufrido daños y que la vasija no está totalmente intacta.
Se han producido emisiones de humo y vapor, acompañadas de elevadas dosis de radiación, lo que obligó a evacuar al personal el día 21, aunque posteriormente regresó a su trabajo.
El sistema de refrigeración está tan dañado como en la unidad 1, aunque los técnicos ya han conectado una fuente de electricidad externa a los transformadores. Los trabajos de restauración del suministro eléctrico están más avanzados que en otras unidades más dañadas.
La temperatura del agua en la piscina de combustible usado sigue muy por encima de los 25 grados bajo circunstancias normales, aunque está estabilizada entre los 49 y 53 grados.
Japón ha situado en 5 el grado de emergencia en este reactor.
Reactor 3
Sistema de refrigeración averiado, bajo nivel de agua en el reactor, daños en el combustible nuclear en el reactor e incertidumbre sobre la situación en el estanque de combustible usado.
Una explosión destrozó la cubierta exterior del edificio del reactor el 14 de marzo. Columnas de humo blanco y gris fueron observadas los días 19 y 20 de marzo, respectivamente. Esas emisiones fueron acompañadas de subidas en los niveles de radiactividad.
Los indicios sobre el bajo nivel de agua en la piscina de combustible usado y la falta de datos sobre la temperatura tienen preocupados a las autoridades. Se ha vertido agua desde helicópteros y desde camiones cisternas para enfriar las instalaciones.
Grado 5 en la escala INES.
Reactor 4
La piscina de combustible usado es el principal problema, ya que poco antes del terremoto se trasladó aquí todo el combustible del reactor. Se ha rociado el edificio con agua y el día 22 comenzó a bombearse agua a un ritmo de 50 toneladas por hora, con la intención de mantener esa operación durante tres horas.
No hay datos precisos sobre el avance en los esfuerzos para reactivar el suministro eléctrico.
Reactores 5 y 6
Estas unidades estaban desactivadas cuando se produjo el seísmo, por lo que el generalizado corte de suministro eléctrico no ha tenido un efecto tan grave. Ambas unidades disponen ahora de suministro eléctrico y están en modo seguro, con temperatura y presión bajas en el reactor.
Desde el OIEA se asegura que esa restauración del suministro eléctrico no supone que los reactores recuperen su estado normal de funcionamiento. Los daños que el tsunami causó han sido grandes y aún no han podido ser totalmente evaluados.
Fuente: EFE