La Agencia de Energía Atómica de Irán (AEAI) finalmente reconoció que la instalación nuclear de Natanz sufrió “pérdidas financieras significativas” en un reciente accidente, cuyas causas han sido identificadas pero no se han revelado por razones de seguridad.
El vocero de la AEAI, Behruz Kamalvandí, informó de que “muchos equipos de medición e instrumentos de precisión fueron destruidos en el accidente”, según una entrevista publicada en las últimas horas por la agencia oficial IRNA.
Esta destrucción “puede retrasar a medio plazo el desarrollo y la producción de centrifugadoras avanzadas”, que Irán ya empezó a instalar y poner en marcha en Natanz, incumpliendo uno de sus compromisos del acuerdo nuclear de 2015.
El accidente ocurrió el pasado jueves, cuando Kamalvandí explicó que se había visto afectado "uno de los cobertizos en construcción en el área abierta de Natanz".
Este suceso no causó víctimas ni interrumpió las actividades en curso en la planta de enriquecimiento de uranio ni provocó contaminación radioactiva, según la información del régimen persa.
El complejo nuclear Shahid Ahmadi Roshan de Natanz dispone de unos 100.000 metros cuadrados y está construido en gran parte ocho metros bajo tierra en la localidad del mismo nombre, situada en el centro de Irán.
“Debido a algunas consideraciones de seguridad, la causa y la forma de este accidente se anunciarán en el momento adecuado”, expresó Kamalvandi, después de que algunas voces apuntaran a un supuesto ataque cibernético o sabotaje perpetrado por Israel o EEUU.