La agencia del poder judicial iraní informó este sábado que el Tribunal Supremo de Irán aceptó que se vuelva a juzgar a un manifestante condenado a muerte por su presunta participación en las protestas que sacuden el país.
El Tribunal Supremo dio el visto bueno para que se vuelva a juzgar al hombre por su presunta participación en las protestas que sacuden el país.
La agencia del poder judicial iraní informó este sábado que el Tribunal Supremo de Irán aceptó que se vuelva a juzgar a un manifestante condenado a muerte por su presunta participación en las protestas que sacuden el país.
"La apelación de Sahand Nourmohammad-Zadeh, uno de los acusados de los recientes disturbios, ha sido aceptada por el Tribunal Supremo", informó hoy la agencia de noticias de la autoridad judicial Mizan Online.
Al momento de la condena, el abogado Hamed Ahmadi, precisó que su cliente, de 26 años, había sido penado por "moharebeh" ("guerra contra Dios").
Esta decisión de la Corte Suprema iraní se produce 10 días después de que ordenara que Mahan Sadrat, otro joven manifestante condenado a muerte a principios de noviembre, vuelva a ser juzgado.
Sadrat había sido declarado culpable el 3 de noviembre también por "mohareb", tras haber sacado un cuchillo y sembrar el miedo alrededor suyo.
Nourmohammad-Zadeh y Sadrat son dos de las 11 personas que la Justicia iraní había condenado a pena de muerte por su papel en las manifestaciones, pero algunos activistas creen que la cifra es dos veces mayor.
Dos condenados a muerte, ambos de 23 años, fueron ya ejecutados después de haber sido declarados culpables de matar o herir a miembros de las fuerzas de seguridad o paramilitares.
Irán es escenario de una ola de manifestaciones que se desencadenaron en el mes de septiembre por la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, tras ser detenida por la policía de la moral por presuntamente violar el estricto código de vestimenta de la República Islámica.
Las autoridades, que denuncian "disturbios" orquestados por países extranjeros y grupos de la oposición, detuvieron a miles de personas y otros fueron condenados a muerte.
En relación a esto, la ONG Iran Human Rights (IHR) denunció que al menos otros 39 manifestantes corren el riesgo de ser ejecutados. Además, al menos 469 personas, incluidos 63 niños y 32 mujeres, perdieron la vida a manos de las fuerzas de seguridad durante las protestas.