Irán ejecutó al exviceministro de Defensa, Alireza Akbari, condenado a muerte por espionaje a favor de los servicios secretos británicos.
Alireza Akbari, quien ocupó el cargo durante el mandato del expresidente reformista Mohamed Katami, fue declarado culpable de ser un espía “clave” para Gran Bretaña.
Irán ejecutó al exviceministro de Defensa, Alireza Akbari, condenado a muerte por espionaje a favor de los servicios secretos británicos.
El también ciudadano del Reino Unido, había presentado un recurso de apelación, pero el tribunal se negó a cambiar el veredicto.
Ante el anuncio, el Reino Unido calificó la condena como "un acto insensible y cobarde". El ministro de Exteriores británico, James Cleverly, había llamado a Irán a cancelar la ejecución pero no obtuvo respuesta.
El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, a su vez, condenó la ejecución a través de su cuenta de Twitter. "Estoy horrorizado por la ejecución del ciudadano británico-iraní Alireza Akbari en Irán", escribió.
"Este fue un acto insensible y cobarde, llevado a cabo por un régimen bárbaro que no respeta los derechos humanos de su propia gente", agregó.
La ejecución se produjo en medio de las protestas que sacuden a Irán tras la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, después de ser detenida por la policía de la moral. El país acusó a Estados Unidos, Israel, Reino Unido, Francia y Alemania de estar detrás de las protestas, en las que han muerto cerca de 500 personas en la represión policial.
La República Islámica de Irán ha sido acusada en numerosas oportunidades de usar a presos con doble nacionalidad o de otros países, como medida de presión o para intercambio de prisioneros, denominado como la "diplomacia de los rehenes" por las organizaciones de derechos humanos.